Engañados por la apariencia
Si reconocemos la naturaleza absoluta, inmutable de los fenómenos, también reconoceremos su intangibilidad. Las cosas aparecen, sin embargo están vacías; están vacías y sin embargo aparecen. El vacío no es la ausencia de los fenómenos y los fenómenos no son la ausencia del vacío. Más bien, hay una unión de apariencia y vacío. Solamente tener un atisbo de entendimiento de que las cosas no son como aparecen es ya un gran paso en el proceso de ver la verdadera naturaleza de las cosas. Somos como un niño ingenuo que es engañado fácilmente por las apariencias hasta que alcanzamos ese entendimiento. En nuestra confusión tratamos el mundo fenoménico como sólido y real. No vemos que es meramente una expresión de la sabiduría y el despliegue del vacío. Reificamos los fenómenos y esto echa a andar una sucesión interminable de de atracciones y aversiones que conducen al ansia y el deseo. Este solo error de solidificar da pie al interminable ciclo de samsara.
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| la luz de la mañana y una imagen de la infancia |
Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.
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