domingo, 25 de octubre de 2020

cambio de hora


En la madrugada de hoy empezó a hacer un viento impresionante. Golpeaba las ventanas y hacía girar, en el terrado, una especie de peonza gigantesca que me despertó más de una vez. Soñé mucho. Por ejemplo, con la escuela donde trabajé varios años en Cuernavaca, con Eduardo, el amigo que me sustituyó cuando me vine a España, y con exalumnos que iban de visita. 

Y pensé también, por qué no, en el cambio de hora, que ya sucedió hoy en España y al rato tendrá lugar en México. Joana dice que aquí lo hacen hace mucho tiempo, pero no recuerda cuánto y a ella este año no le hace demasiada gracia que al 2020 se le agregue una hora. Yo sé que en mi país empezó esta práctica hace 24 años justos, cuando yo estaba embarazada (el primero horario de verano) y con Santiago recién nacido (la primera vuelta al horario "normal"). Y la gente se sigue sacando de onda: que si nos roban una hora (en primavera), que si nos echan a perder la rutina de sueño, y mil otros inconvenientes. Hasta a mi queridísima comadre, la persona más ecuánime que conozco, le afecta muy personalmente la medida. En cambio, recuerdo a una amiga americana que estaba tan hecha a la idea del cambio de hora, que no lograba entender el desasosiego que nos provocaba en México.

A mí, la verdad, el cambio en primavera me encanta porque hay luz solar más tiempo. En otoño me cuesta que anochezca tan pronto, pero eso sucede aun sin cambiar de hora. Yo supongo que cuando llegué a Madrid el año pasado recién había cambiado, pero con el jet lag no me enteré de nada. En primavera tampoco me enteré de nada, pues me agarró en pleno confinamiento. Y hoy estoy pendiente porque tenemos un concierto a la tarde, pero aquí todos los aparatos (o casi) cambian solos, así que ni siquiera hay esa "molestia". El mayor reto para mí es coordinar los horarios con mis pacientes en diferentes zonas horarias de México y Estados Unidos y no meter la pata por no tomar en cuenta todos los detalles. Esta vuelta al horario "normal", por otro lado, parece oficializar la llegada del invierno, del frío y, en estos tiempos que corren, probablemente intensifique la sensación de incertidumbre.

Y, bueno, para finalizar dejo 3 de las 18 definiciones (además de 18 tipos diferentes, 58 expresiones y 10 enlaces a otras entradas) con las que la Real Academia intenta atrapar algo que no es más que una convención producto de nuestra mente, que nos permite organizarnos para funcionar como sociedad, sí, pero que nos esclaviza como si tuviera una existencia real: 

tiempo

Del lat. tempus.

1. m. Duración de las cosas sujetas a mudanza.

2. m. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesosestableciendo un pasadoun presente y un futuroy cuya unidad en el sistema internacional es el segundo.

3. m. Parte de la secuencia de los sucesos.


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