domingo, 5 de septiembre de 2021

De tórtolas y amores

 

Esta es una Columbina inca. Yo le digo «tórtola» o «tortolita» y mi comadre, «cuquita». Wikipedia dice que también se llama popularmente «tórtola cola larga», «conguita» o «coquita». También dice que es nativa de América Central (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y ocasionalmente Belice)y de América del Norte (Estados Unidos, México y ocasionalmente Canadá). O sea, es un ave americana, como el colibrí. Vive en matorrales y bosques degradados, en granjas, poblados, parques y ciudades. Y su canto sibilante y suave (cuuu-cuuu) forma parte indisoluble del panorama sonoro de los lugares que habita. Yo las recuerdo en casa de mi abuela Rosa en Cuernavaca y aún las escucho desde mi departamento, aunque acá no las he visto. Seguro no se acercan demasiado.

Se alimentan, continúa wikipedia, de gran variedad de semillas. Y, claro, en la casa de mi comadre en Chimal han encontrado un paraíso, compartiendo el alimento de de las varias gallinas y dos gallos que, allí, se han apoderado del patio y del jardín y por poco de la casa. Aquí  dos tortolitas se dan un atracón en el comedero de los pollos.

Y resulta también que estas aves forman pareja y la incubación corre a cargo de ambos, macho y hembra, durante 15 o 16 días. Con razón mi comadre asegura haber visto a una pareja de cuquitas besuquéandose en su patio, pero no alcanzó a tomarles ni foto ni video. Y con razón a las parejas humanas que se ven muy enamoradas se les dice «tórtolos». 

Recuerdo una ocasión en que una amiga mía usó ese apelativo, por teléfono, para referirse a mí y a un mi novio de entonces, cuando lo visité en Aragón. Me parece recordar también que él se encogió casi imperceptiblemente ante el comentario y yo lo dejé pasar. Unos meses después, él me dejó pasar a mí.


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