sábado, 4 de septiembre de 2021

nueve/10

Llevo ya más de un año en esto de transcribir aquí el reto de las 10 películas que más me han marcado, que hice en feisbuc. Hoy me salto la ocho, que corresponde a Roma de Alfonso Cuarón, porque hace más de dos años la comenté aquí y cuando hablo de una peli en el blog es que me ha marcado.

Así que aquí va la novena, Monsters, INC. Esta cinta de Disney-Pixar salió a la luz en diciembre de 2001, hace casi veinte años, cuando Santiago tenía cinco. Seguramente la fuimos a ver con él, su papá y yo, el 25 de diciembre, que era una suerte de tradición para (no) celebrar la navidad. Al Cinemex enfrente de Galerías, que ya no existe.

En la versión original, que nunca he visto, John Goodman le dio voz a James P. Sullivan y Billy Cristal, a Mike Wazowsky. Las voces que yo recuerdo son la de Víctor Trujillo para el divino monstruo azul peludo y la de Andrés Bustamente para el simpatiquísimo verde de un solo ojo. Fue tal mi fascinación con Sully que los Reyes Magos me trajeron uno de peluche, que además hablaba, al siguiente 6 de enero. Lo conservo aún, creo, aunque ya no habla. 

Recuerdo cómo la peli nos gustó muchísimo a los tres. Para Adrián y para mí, su principal aportación, en un mundo donde vemos enemigos en todos lados y actuamos en consecuencia, la propuesta de hacer reír nos pareció una mucho mejor opción que atemorizar, como fuente de energía. Hacer reír mplica tolerancia y afecto, en lugar de prejuicios y destrucción, inherentes al miedo. Y a mí, la relación entre Sully y la pequeña Boo me conmovió hasta la médula (ese anhelo de un papá bueno bueno bueno...). ¿Cómo no derretirse cuando él la encuentra de nuevo (colocando el trozo de puerta que había guardado en la puerta reconstruida gracias a su mejor amigo) y ella le dice "Gatito"?

Recuerdo, también, una sesión de terapia con Dasha, justo antes de un cumpleaños, donde abordamos mi añeja sensación (mal aprendida de niña) de tener una parte oscura (monstruosa) que, al ser descubierta por alguien que me quiere, provoca que dicha persona me abandone. Dasha me ayudó a ver que el monstruo no era más que una niña asustada y triste, necesitada de consuelo. Y Sully asistió a esa fiesta de cumpleaños desde la ventana de mi cuarto, en calidad de testigo amoroso.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario