viernes, 31 de diciembre de 2021

hallazgo 32

(o hallazgo 31 continuado)

Cuando hace un par de días terminé la entrada del "hallazgo 31" me quedé con una sensación de que algo estaba faltando. Como una incomodidad flotante por ahí. En realidad no me di cuenta hasta que ayer escuché una plática sobre enseñanzas budistas en la voz de Mitra Tyler, amigo y guía en el camino.

Él habló sobre la práctica de los 4 inmensurables: amor, compasión, gozo y ecuanimidad, inmensurables o incondicionales. Es decir, 4 cualidades que van más allá, mucho más allá, de nuestras tendencias habituales. El fundamento de la práctica, la visión sobre la cual desarrollamos esas cualidades, es la ecuanimidad (o imparcialidad) inmensurable. Fue cuando la explicó que empecé a hallar la respuesta que necesitaba.

Aunque ya había escuchado la enseñanza antes, solo ayer entendí no solo a nivel intelectual, sino más profundamente, lo que significa. Todos los seres sensibles (los humanos y los no humanos) somos iguales en el sentido de que buscamos la felicidad y evitamos el sufrimiento. Por supuesto que diferimos en las estrategias que usamos para lograr estos objetivos, pero también nos parecemos en que muchas veces, a través de las acciones basadas en la ignorancia del egocentrismo, conseguimos lo opuesto de lo que buscamos.

O sea, cuando alguien (mi mamá, mi excuñada, una amiga...) han hecho algo a partir de lo cual me he sentido agraviada, en realidad solo estaban intentando estar libres de sufrimiento y alcanzar la felicidad. Y en eso, somos iguales. Descubrí (o recordé) que es esta conciencia justamente la que me permite seguir soltando, dejar caer esa barrera que separa a los seres que suelo considerar dignos de mi amor y de mi compasión de los que me parece que no lo son.

Así que, aunque no suelo hacer propósitos de año nuevo, hoy me nace hacer una aspiración para este próximo 2022:

Que todos los seres sensibles —los que se nos parecen físicamente y los que no, los que nos gustan y los que nos desagradan, los que podemos ver y los que no, los que nos son indiferentes, los que hemos tildado de amigos o de enemigos— puedan distinguir entre las acciones que dan pie a una felicidad duradera y aquellas que perpetúan el sufrimiento y alcanzar, así, el estado del despertar último: brillante, sabio y compasivo sin medida.

2 comentarios:

  1. Gracias, así ya es
    Abrazos fuertes desde el ❤️

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Susy, por tu presencia constante en este espacio. Abrazos de vuelta desde el ❤️. Que nos los demos pronto en persona...

      Borrar