jueves, 30 de diciembre de 2021

Objetos con quienes tengo amistad


  • Mi taza roja, la súper predilecta:  vino de Lisboa hace más de 7 años y tiene   la firma de Saramago en letras blancas.
  • Mi camarita rosa de bolsillo: siempre viene conmigo y es mi segunda camarita rosa.
  • Mi sofá de dos colores: verde y morado: lo retapicé cuando mi hijo regresó de una estancia de 10 meses en Europa.
  • Mi mesa del comedor: fue de mi abuela y se puede hacer más larga o más corta según se necesite, sacando o guardando una pieza  en su centro que se dobla a la mitad (sí, parece magia).
  • Mi pequeña laptop  rosa: me ha acompañado fiel desde que me fui a España y volví. (Me temo que empiece a andar en sus últimas.)
  • Mis plumas multicolores.
  • Mis violetas con flores de diferentes colores. (¿Son objetos las plantas?)
  • Mi viejo par de crocs rosa pálido: se han convertido en un peligro, en especial si hay agua en el piso, y no me decido a deshacerme de ellos.
  • Una colección de platos que uso como decoración en las paredes de mi casa: vienen   de diferentes lugares, tiempos y personas.
  • Mi viejo, fiel y maravilloso coche, Antuanito: cumplirá 30 años el próximo año. 
  • El librero blanco  que mi hermano me mandó tras la muerte de mi mamá: ahora vive en mi cuarto y sostiene no solo libros, sino también fotografías, cedés, varias jirafas de diferentes materiales, platos con aretes y  pulseras colgadas con chinches.
  • La vieja televisión que heredé de mi suegra: grande,   voluminosa, nada inteligente, pero confiable.
  • La alfombra de lana a rayas de colores oscuros, proveniente de Oaxaca:  cubre el piso de la sala  y la compré hace muchos años, casi recién mudada a esta casa, en compañía de  J cuando aún éramos amigas.
  • El sacapuntas que parece un pequeño alien, con cabeza verde y cuerpo expansible: me lo dio mi hijo y me acompaña  siempre en la mesa del comedor.

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