miércoles, 16 de noviembre de 2022

Invitado: Karmapa 17


Una condición principal para nuestro egoísmo


No importa cuán autónomos sintamos que somos, no podríamos siquiera empezar nuestras vidas sin dos personas específicas quienes, por lo tanto, no son enteramente distintas u "otras" con respecto a nosotros. Una vez que nacemos, comemos comida de otros, aprendemos de otros, y otros nos visten y nos cuidan durante toda nuestra vida. Solo unos cuantos pasos de análisis nos muestran cuán dependientes somos de muchos, muchos otros para nuestra existencia básica. Quienes somos como individuos emerge como resultado de esas diversas causas y condiciones. Podemos darle un nombre separado a ese resultado y usar ese nombre para identificarnos a lo largo de la vida, pero eso no significa que estemos completamente separados o que seamos separables de esas causas y condiciones. Es completamente válido tener un nombre que nos distinga, pero la realidad que invertimos en ese nombre va mucho más allá de su función. Lentamente llegamos a creer que aquello a lo cual apunta nuestra nombre está completamente separado de todo lo demás. Este mensaje se nos comunica de muchas maneras —y nosotros nos lo repetimos—: "Eres único en el mundo. Eres especial. No hay nadie como tú". Es cierto que somos únicos, pero en la medida en que este discurso realza nuestro sentido de nosotros mismos como absolutamente separados y ajenos a otros, esta percepción misma se convierte en una condición básica para nuestro egoísmo. 



interconexión arácnida


Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

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