miércoles, 1 de febrero de 2023

Sin título 5 (el último de la serie)


Hoy es un día triste.
Love backfired. 
Sí, nos salió el tiro por la culata. Y no, no debería hablar más en plural. Me salió el tiro por la culata. Y lo lamento.
Lamento haberte lastimado, quizá por cuidar mi corazón de más y perder de vista el tuyo. Por centrarme más en mi propio bienestar, como nos es habitual. Por dar rienda suelta, quizás demasiado suelta, a mis palabras. Y, también, me perdono por ello. Atravieso la culpa y la vergüenza, sin quedarme allí.
El amor, según el Buda, es el deseo de que el otro, tú, los demás, sean felices. Y aún se me nubla, no la intención pero sí el actuar, que se vuelve a desencaminar, perdiéndose en el pasado o en el futuro inexistentes, perdiendo de vista el presente. Sigo abriendo el espacio para que esta conciencia se expanda. Intento seguir confiando en el lugar de libertad que toqué recién. Vuelvo a confiar. Otra vez. En este momento. Y recuerdo, también, la tristeza expansiva que se me reveló hace casi 10 años (a dos semanas de cumplir los 50).
Camino pisando las hojas secas para que su crujir amortigüe la tristeza. La acune. Supongo que los corazones rotos se hermanan de alguna manera, aun a la distancia, aun en medio de una comunicación rota.
Veo un cadáver de bugambilia, apenas colorido ya, desmoronándose adherido a una barda de piedra. 
Descubro las primeras flores de jacaranda en un árbol, no solo en el pasto debajo de él. Habrá más.
Un gorrión se para en el alambre, solitario, y mira al grupo de golondrinas más allá. O quizá todos sean gorriones. Ya no estoy segura.
Hoy es un día triste.
Y mi gato de barro se prepara para florear por primera vez.







2 comentarios:

  1. Ánimo amiga!! Deseo que cada vez nos sea menos doloroso mostrar la esencia con todo lo que conlleve. Abrazos 💋

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