Cada año, en noviembre, recuerdo a una serie de mujeres que han impactado mi vida, dos por sus aniversarios de muerte y dos por sus cumpleaños. Este año pensé que lo podría hacer a través de algún objeto que me uniera a cada una de ellas.
La primera es Mausy, que murió un día como hoy hace 15 años. Cuando pienso en ella, es mi propia casa (y de Santiago), ese espacio adonde llegamos a vivir hace más de 18 años, el "objeto" más representativo de nuestra relación: el hogar que nos regalaron Mausy y Leni, poco después de la muerte de mi mamá. Yo creo que de ella fue la iniciativa que Leni llevó a la práctica y, sobre todo, suya fue la insistencia de que se pusiera a mi nombre desde el principio (a diferencia de lo que había pasado décadas antes con mis papás).
Así que cuando me conecto con el depa de La Arboleda, me conecto, sobre todo, con Mausy. Con el agradecimiento que le tengo y le tendré mientras viva y, también, con la pena de que nuestra relación se hubiera malogrado.
Hoy dejo aquí, pues, una foto nocturna, de luces y sombras que saqué hace poco en mi sala (como la danza de la vida misma) para reiterar mi gratitud hacia Mausy:
Y también dos enlaces a la historia (aquí) y la foto (acá) de un anillo que también me regaló ella y que en estos días me he vuelto a poner.
Ojalá, Mausy, que seas feliz y estés libre de sufrimiento allá donde estés.
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