Convencidos de la realidad de una entidad llamada "yo" y sus pensamientos, perseguimos esos pensamientos y emociones y actuamos con base en ellos, creando resultados kármicos, buenos o malos. En realidad, los pensamientos son como un ladrón en una casa vacía, donde el ladrón no tiene nada que ganar y el dueño no tiene nada que perder. Darnos cuenta de que los pensamientos nunca surgen realmente y, por lo tanto, no pueden ni permanecer ni cesar de existir es suficiente para volverlos inofensivos. Los pensamientos liberados de esta manera a medida que aparecen no tienen impacto ni conllevan un efecto kármico. No habrá nada que temer de los pensamientos negativos y nada que esperar de los positivos.
reflejos brillantes y vacíos como los pensamientos |
Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario