Listos para lo que sea que pueda suceder después
Habituarnos un poco cada día a la falta básica de cimiento o sostén de la vida pagará grandes dividendos cuando lleguemos al final. De algún modo, a pesar de su presencia constante en nuestras vidas, aún no estamos acostumbrados al cambio continuo. La incertidumbre que acompaña cada momento de nuestras vidas sigue siendo una presencia poco familiar. A medida que contemplamos estas enseñanzas y prestamos atención al flujo incesante e impredecible de nuestra experiencia, podríamos empezar a sentirnos más relajados con las cosas como son. Si podemos traer esta relajación a nuestro lecho de muerte, estaremos listos para lo que sea que pueda suceder después.
árboles al atardecer |
Original en inglés y fuente, aquí. Traducción al español e imagen, mías.
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