Unos días después de la entrada anterior, donde hablaba a mis anchas de charcos y charcas, venía entrando al condominio con Santiago, de regreso de Tepoz creo, cuando me encontré con esto:
Primero pensé que qué lástima que no había incluido esta imagen en mi entrada sobre charcos y luego pensé que podía hacer otra entrada sobre charcos. No todas las tardes una se encuentra el sol, en toda su redondez, como una luna, sostenido por las nubes sobre la superficie del agua (un sol de agua) entre los adoquines junto a uno de los faroles que de noche alumbran el lugar donde vivo.
Me place reportar que la operación "termine con los charcos" en su segunda etapa no ha comenzado, a pesar de las amenzas. Así que, por suerte, tendremos charcos y reflejos y mundos invertidos un rato más.
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