miércoles, 23 de abril de 2025

Invitada: Jetsunma Tenzin Palmo


Todos hemos ido al cine. Nos sentamos ahí y vemos la película que se desarrolla ante nuestros ojos. Tenemos el héroe, la heroína y el villano. Está la chica: él la consigue, él la pierde, pero al final la vuelve a conseguir y todo está bien. Si no la consigue, entonces es una tragedia y lloraremos. 

Estamos totalmente atrapados en esta película. A nadie se le ocurre darse la vuelta y mirar el proyector. Ahora, si piensas en ello, lo que realmente está sucediendo es que hay estos fotogramas transparentes separados que se están moviendo tan rápido, con una luz desde atrás que pasa a través de ellos y una pantalla blanca enfrente, lo cual crea la ilusión de movimiento y realidad. Y todos estamos muy fascinados, ¿verdad?  

Y esto es exactamente como la mente. Hay estos fotogramas de momentos mentales, de impulsos energéticos en nuestra mente, que parecen tan reales, pero, de hecho, son transparentes. Porque la luz de nuestra conciencia no condicionada pasa a través de ellos, proyectamos hacia afuera. Y mientras estemos mirando hacia afuera, viendo esta proyección enfrente de nosotros, o incluso tan solo hasta nuestros pensamientos y emociones que son parte de esta proyección, quedamos atrapados en la trama y entonces sufrimos, porque creemos en ella.  

Pero si en cambio, permitimos que la película empiece a correr más y más despacio, entonces empezamos a ver que, de hecho, solo son fotogramas separados. Entonces podemos ver que la pantalla enfrente sobre la cual se están desplegando es un reflejo de la luz que está saliendo desde atrás. Entonces nuestra atención no está con los fotogramas separados, sino con la luz que está creando la realidad a la cual todos nos aferramos. 


la luz de la mañana a través de la ventana

Original en inglés, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

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