lunes, 22 de septiembre de 2025

Equinoccio 2


El primer equinoccio como tal (es decir, como título) que apareció en este blog fue aquí, hace 12 años. Correspondía al de primavera. Hoy vuelve y es el equinoccio de otoño que sucede o está sucediendo hoy. En ambos días el día y la noche duran lo mismo: 2 días al año cuando la luz y la oscuridad están en perfecto equilibrio. De aquí en adelante, la oscuridad le irá ganando espacio a la luz, hasta llegar al solsticio de invierno, la victoria total, que, sin embargo, dura poco y de ahí la luz volverá a ganar ese espacio perdido, hasta que se equilibren en el equinoccio de primavera y la luz tenga su victoria total y efímera durante el solsticio de verano. Y así se siguen año tras año, ciclo tras ciclo, vida tras vida. 

Hoy, en el grupo de práctica de escritura de la mañana de los lunes, a propósito del equinoccio, Sharyn nos hizo escribir sobre "darkness and light" (oscuridad y luz) durante 30 minutos, después de comentar que hoy, además de ser el equinoccio de otoño, también se celebra Rosh Hashana, el año nuevo judío. Y a mí me surgieron todos los sentimientos encontrados. Recordé celebraciones con amigas con miel y manzana y me pregunté cómo se puede celebrar, esta o cualquier otra cosa, en medio de un genocidio, de la muerte, desmembramiento, hambre, desplazamiento de niños y niñas y bebés y adolescentes y adultos y viejos en Palestina. Y me puse mis aretes de sandía como gesto ínfimo de solidaridad. Y pensé en Dasha y como se sentiría acongojada y con el corazón roto si pudiera ver lo que sucede, y ha estado sucediendo desde hace tanto, en Medio Oriente.

Y pensé en Shula, amiga también y sus entradas en Facebook desde Israel y en mis respuestas y en mi última falta de respuesta y en mis propias entradas compartiendo cada día un horror sufrido en Palestina, para que no se olvide, y tratando de mantener un corazón compasivo no solo por las víctimas, sino también por los perpetradores. (Qué difícil.) Cómo a nuestro modo, todos somos objeto de mayor o menor lavado de cerebro y cómo las historias que nos contamos y nos creemos a pie juntillas pueden convertirse en infiernos y pesadillas como Gaza desde hace 2 años, por contar solo lo más reciente. 

Y terminó mi escrito, porque se acabó la media hora asignada, pensando en mi querida maestra de geografía de la Moderna, Tobyanne Berenberg, que merece un texto para ella sola. Fue la primera persona que abrió mi mente a otra manera de pensar, quien ayudó a que me naciera la conciencia.

Ojalá que como en el equinoccio de hoy, la luz y la oscuridad del mundo y sus habitantes se equilibren de tal modo donde todes encontremos la felicidad y trascendamos el sufrimiento.

Solo volteándonos a ver para dentro primero.

la luz de víspera del equinoccio en la pared de mi recámara




2 comentarios:

  1. Un arte lograr el equilibrio! A ratos invade la oscuridad y se asoma la luz, tenue en inicio, va cobrando fuerza hasta inundarlo todo. La gran dualidad, amor / miedo. Abrazos. Susy

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    1. Y luego estar preparades nuevamente para el tránsito por la oscuridad, trascendiendo, quizás, la dualidad amor (esperanza) / miedo... Un abrazo de vuelta, Susy.

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