lunes, 29 de noviembre de 2010

Huérfana

"Falta de algo, especialmente de amparo." O sea, yo cuando me siento huérfana (lo cual sucede con menos frecuencia que hace unos años, pero con la misma intensidad desde que tengo uso de razón) tengo una sensación de vulnerabilidad, de desprotección, de desvalimiento, de indefensión. Me asusto y siento que no puedo. Ahora puedo reconocer que en ese hueco se esconde también la fuerza para volver a reptar hasta la superficie y erguirme otra vez.

"Dicho de una persona de menor edad: A quien se le ha muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre." ¿Y por qué especialmente el padre? ¿Porque es el proveedor? ¿Y no será peor quedar huérfano de madre, de ese (supuesto) amor incondicional que se vive (supuestamente) una sola vez en la vida? ¿Y por qué de menor edad? ¿Y por qué cuando se nos ha muerto algún progenitor o ambos? Yo me sentí huérfana siempre y mi padre murió hace doce años y mi madre hace apenas (¿apenas?) siete. Lo que sucede es que mi madre sí fue una huérfana "temprana" como dirían algunos: Su madre, es decir mi abuela (en cuyo honor me llamo como me llamo) murió cuando ella contaba con tan solo siete años. Y parece que la condición de orfandad es hereditaria, si uno no se da cuenta a tiempo y la afronta y hace las paces con ella. Creo que mi madre no se daba cuenta cabal de que yo era un ser separado de ella y entonces, yo era tan huérfana como ella, tan poco merecedora del amor meternal como ella lo había sido, tan poco querible, tan fácilmente despreciable.

"Dicho de una persona: A quien se le han muerto los hijos." Sólo puedo imaginar ese hueco interno llevado a su máxima expresión, al nivel de impotencia total, de querer saltar de un octavo piso, de no entender. (Y este es el giro "poético" de la palabra, dice el diccionario...)

¿Y cuando una, bueno yo, me siento otra vez chiquita cuando ya se supone que soy una mujer hecha y derecha, como decía mi abuela? Supongo que se trata de una orfandad que se actualiza en diferentes momentos de la vida, como la pérdida, como la muerte, como el momento en que nos perderemos a nosotros mismos y seremos (o no seremos) sólo ese hoyo, que es vacío, sí, y que es alivio, liberación, apertura...

2 comentarios:

  1. Buenas noches Adela.
    Creo que voy a releer y a releer estas palabras porque me han parecido un código de barras descifrable a poco que uno se lo proponga. Pero demasiado personal y profundo. Sean se quien sean estos sentimientos, será por empatía o por mera identificación, pero me han roto literalmente por dentro.

    De modo que vuelvo a ellas y si puedo, doy una visión, mi visión, huérfana o apadrinada, no lo sé...
    Ahora vengo, ahora vuelvo, Adela.

    Un abrazo,
    Db.

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  2. Lamento lo de la rotura por dentro y celebro la conexión lograda a través de las palabras y a través del mar. Un abrazo de vuelta.

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