miércoles, 7 de septiembre de 2016
Ya lo decía Calderón
Estoy en un taller de poesía los lunes. El lunes pasado no pude ir. Anoche lo soñé. Era y no era el taller. El maestro era maestra y también danzábamos. El espacio era una mezcla de una antigua plaza medieval europea y Nueva York. Todos habíamos escrito algún poema. Los leíamos. (Me pregunto si mi inconsciente los escribió todos o si se me colaron otros en el inconsciente.)
Despierto con los pitidos del agente de tránsito que regula el paso de los coches (la feria empezó hace unos días). Trato de no olvidarme del sueño. Pero se va evaporando, rápido, como el sereno cuando sale el sol.
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