martes, 30 de enero de 2018

Antes de despedirnos


Empezó a soplar un viento fuerte.

Muy fuerte.

Comíamos en la mesa del comedor y empecé a ver cómo las flores secas pasaban por nuestro balcón.

Bailando en el aire.

Alto.

Muy alto.

Te dije entusiasmada: "¡Mira las bugambilias! ¡Mira cómo vuelan!"

"Parecen mariposas", me contestaste.

lunes, 29 de enero de 2018

Invitado: Chogyam Trungpa Rinpoché



Expresar nuestras emociones

Tenemos que hacer una relación con nuestra energía emocional. Por lo regular, cuando hablamos de expresar nuestras energías, estamos más preocupados con la expresión que con la energía misma, que parece ir demasiado rápido. Tenemos miedo de que la energía nos abrume, así que intentamos deshacernos de ella a través de la acción. Sin embargo, una vez que desarrollas una relación armoniosa con tu energía, entonces, de hecho, puedes expresarla, y el estilo de expresión se vuelve muy sano, muy directo.

Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español, mía.

sábado, 27 de enero de 2018

El día que fui un diente

o crónica de la segunda función de Los Cuánticos


La cita para nuestra segunda función de teatro de participación fue en una escuela primaria federal de Cuernavaca, con el grupo de "niños difíciles" (3o o 4o de primaria) justo a medio día. Pero, oh sorpresa, lo que parecía un aula para juntas o para clase de computación se convirtió en un espacio donde deambularon los gatos, volaron los murciélagos y las ardillas se escondieron debajo de las camas. Un espacio donde el viento azotaba puertas y ventanas y alguien apagaba la luz.

Los niños pidieron que les contáramos historias de terror, —así nos presentamos— y luego ellos nos empezaron a contar las suyas. Adrián. Emiliana. Jazmín. Edwin. Elena. Y todos sus amigos y compañeros alzaban la mano para compartir algo de su vida. Para decirnos cómo se habían sentido.


Felices.  Asustados. Enojados. Aliviados. Alegres. Eh.


Y se reían. Y se movían. Y se concentraban. Y de pronto se distraían y hablaban con el de al lado. Y volvían. Y se les ocurrían unos títulos geniales para sus relatos. "Amistad infinita". "Solo un gato". "Historia de un diente caído".


Y sí, además, de la oscuridad y el susto, hubo también una historia de amigas que se peleaban y se reconciliaban y se peleaban y se reconciliaban y, así, profundizaban en su amistad. Una amistad que duraría hasta el infinito (y más allá...).


O la historia de la solidaridad de los amigos: Cómo, cuando en un recreo el protagonista chocó contra otro niño, su diente salió volando. Cómo sus cuates lo ayudaron a levantarse, a levantar el diente, y a lavarlo. Cómo su mamá lo llevó al dentista para verificar que no hubiera más daño. Y cómo, al final, guardó el diente en una caja.


Yo tuve el privilegio de ser el diente. Pocas cosas tan divertidas he podido ser en mi vida. Un diente que baila y vuela y cae patas arribas. Un diente al que recogen y bañan. Y un diente muy querido que se queda a dormir en un lugar especial.


Así es el teatro de participación. Un regalo. Para el público (eso esperamos). Y un regalo para nosotros. La posibilidad de contactar con las emociones de los otros, mostrárselas y, en el camino, contactar con las propias e irlas sanando también.




Los Cuánticos (casi todos) y su público
(y supongo que la foto la tomó una amiga, Cuántica también)




















viernes, 26 de enero de 2018

jardín


Y entre los jardines recién cortados y los más libres, me quedo con los segundos. Porque crecen hierbas y flores sin nombre, según llueva más o menos.  Porque hay un riesgo de que las plantas indeseables se apropien del espacio. Porque cuando viví en la casa que mi papá construyó en las faldas del volcán, amaba los arbustos que salían al fondo del jardín, junto a la barda, de flores pequeñas, rosa intenso, o las plantas mínimas que se asomaban en cualquier grieta o en las macetas con las plantas más preciadas, y se llenaban de globitos amarillos ("bolsas de Judas", les decían en el pueblo). Mi padre le pedía al jardinero que las arrancara, y yo logré salvar a más de una durante mi estancia (o por lo menos, soñé con hacerlo).


Y porque más veces que no, me da por meterme en jardines, de los cuales no sé luego cómo salir.
O me lleva mucho mucho tiempo.

(Aunque en México no se usa esta expresión, yo la aprendí hará unos cuatro años y la RAE la explica bien:

meterse alguien en un jardín
1. loc. verb. Enredarse innecesariamente en un discurso o parlamento teatral o en una situación complicada.)

Y aquí un jardín recién cortado, que visto a ras de suelo no lo parece tanto:





miércoles, 24 de enero de 2018

mariposa


Hay veces que sales sin rumbo, mientras esperas a alguien, y la vida te sorprende con una vista como esta. Y tu cámara te sorprende capturándola así, tan bella como es, al primer (y único) disparo. Hay veces.

martes, 23 de enero de 2018

Invitado: Kyabje Dilgo Khyentse Rinpoché












Cuando sientes que alguien te está lastimando, recuerda que el daño que esa persona pudiera estarte infligiendo (a ti o a alguien querido) es el resultado directo de que tú hayas lastimado a otros en el pasado. Reflexiona cómo esta persona está tan dominada por el engaño que él o ella está como poseído y no puede evitar lastimarte. Como resultado de este daño, él o ella tendrá que sufrir en los reinos inferiores del samsara en una vida futura. Cuando piensas en lo terrible que eso será, sentirás solo tristeza y lástima en lugar de enojo.




Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español mía.

lunes, 22 de enero de 2018

luna nueva



Entre la luna llena y la luna nueva, yo me quedo con la nueva. Porque es solo un gajo de luz. Una cuna en la oscuridad. Una uña en el cielo. Una cesta sin asa. Una ce tendida sobre su espalda o acostada bocabajo. Porque recién empieza y no hace alharaca. Porque se asoma apenas y en su hueco negro adivino todo su brillo. Y porque cuando intento fotografiarla con mi camarita rosa, baila y se multiplica.


sábado, 20 de enero de 2018

balcón



Del it. balcone.

1. m. Ventana abierta hasta el suelo de la habitacióngeneralmente con prolongación voladiza, con barandilla.










Creo que, si leyera esta definición sin haber visto un balcón, me costaría trabajo imaginármelo. Pero sabiendo lo que es, el juego de palabras me gusta (tal vez por su sutil confusión). 

También me gusta pasarme por el balcón de doña Pina, mi vecina de casi 90 años que vive en el primer piso, para ver qué flores han florecido allí. (Es una jardinera dedicada y siempre me encuentro con alguna sorpresa.)

A principios de esta semana, de camino a casa, descubrí en su balcón este geranio de colores suaves, en transición entre ser botón (naranja clarísimo) y ser flor abierta (casi toda blanca).


Me encantó.


Quizás porque así estamos todos, aunque no lo sepamos: a medio camino entre lo que somos y lo que podríamos ser.

viernes, 19 de enero de 2018

Invitado: Jeff Brown


La historia no cambia cuando fingimos que todo fue una ilusión. La historia no cambia cuando nos hacemos adictos a la trascendencia y flotamos por encima de ella. La historia no cambia cuando aparentamos perdón y resolución. La historia no cambia cuando confundimos disociación con cura. La historia no cambia cuando nos decimos que no hay víctima.

La historia cambia cuando nos apropiamos de nuestro dolor. La historia cambia cuando de verdad se nos ve en nuestro sufrimiento. La historia cambia cuando sanamos nuestro corazón. La historia cambia cuando trabajamos con ella hasta llegar a las lecciones en su centro.

No le des la vuelta a la historia. Voltéate hacia ella. Enfréntala con el corazón. Estamos hecho de historia: no hay vergüenza en ello. La ilusión es ilusión, ella misma. O trabajamos con nuestra historia o nuestra historia trabajará con nosotros.


Original en inglés, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

domingo, 14 de enero de 2018

Invitado: Chogyam Trungpa Rinpoché



En busca de una tierra prometida

Si queremos recoger flores de un árbol, primero tenemos que cultivar las raíces y el tronco, que significa que debemos trabajar con nuestros miedos, frustraciones, decepciones y descontentos, los aspectos dolorosos de la vida. Debemos ver la verdad del sufrimiento, la realidad de la insatisfacción. No podemos ignorarla e intentar examinar solo los aspectos gloriosos y placenteros de la vida. Si uno busca una tierra prometida, como la Isla del Tesoro, entonces la búsqueda solo conduce a más dolor.


















Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

sábado, 13 de enero de 2018

Melchor, Gaspar y Baltasar


Se pasaron por Chimal hace una semana. Dice Wikipedia que sus nombres actuales aparecieron por primera vez en un mosaico del siglo VI en San Apollinaire Nuovo (Rávena). Pero no fue hasta el siglo XV cuando Baltasar apareció con la tez negra y los tres reyes pasaron a representar, además de las tres edades del hombre, las tres razas de la Edad Media: Melchor, a los europeos; Gaspar, a los asiáticos, y el rey negro, a los africanos.

Para mí son, sin duda, los personajes más simpáticos de esta temporada. Con ellos se cierran, además, las celebraciones decembrinas, lo cual es un alivio enorme.


Belén chimaleño con los Reyes abajo a la derecha

Yo desde que recuerdo he dejado un zapato la noche del 5 de enero junto al Nacimiento, si lo hay, o donde los Reyes puedan verlo y dejarme algún regalo. Cuando nació Santiago empezó a hacer lo mismo. (Su padre también lo hizo mientras vivimos juntos.) Y los Reyes nunca me han decepcionado.

Cuando era niña, también nos dejaban regalos (a mi hermano, a mí y a mis primos paternos) en casa de mi tía Angelita, en la calle de Prosperidad. Nos reuníamos por la tarde a partir la rosca y tomar chocolate. (Ya no me acuerdo si también cenábamos algo.) Y fue allí donde recibí mi primera Salustia, una muñeca de trapo azul, con pelo y zapatos amarillos (como holandesa) y carita de cartón, sin la cual ya no podía dormir (y mis papás tuvieron que ingeniárselas para reponérmela cuando se acababa).


regalos de Reyes sobre el piano en Chimal

Este año, los regalos no solo fueron cosas, que las hubo también (objetos-casi-esculturas de cerámica; chocolate artesanal; mandalas de bolsillo; aretes, pulsera y una bolsita de chaquira), sino que el mero Día de Reyes, unas horas antes de partir la rosca, nos agarró a mi hijo y a mí una crisis tal, que parecía que iba a acabar en tragedia. Pero la presencia  de María Eugenia, la comadre, nos permitió transformarla en catarsis.

Me es difícil imaginarme un regalo más grande que contar con el amor (casi) incondicional de María Eugenia en nuestras vidas.
¡Gracias, comadre!
¡Gracias, vida!
¡Gracias M, G & B!

martes, 9 de enero de 2018



Invitado: Chogyam Trungpa Rinpoché



Sin ambición

En la verdadera meditación, no hay ambición de agitar los pensamientos ni hay ambición de suprimirlos. Solo se les permite que ocurran espontáneamente y se vuelvan una expresión de la cordura básica. Se convierten en la expresión de la precisión y la claridad del estado despierto de la mente.

Tepozteco y cazahuate















Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.