martes, 22 de diciembre de 2009

To a wonderful friendship

Para Linda
Cadena de cafés, interminable
Una ráfaga imprudente y helada
Horas de charla

El sol empieza a dejar trazos rosados
En un cielo abierto y luminoso
Como nuestras miradas, que se reconocen

Tan inesperadas
Tan cómplices

sábado, 19 de diciembre de 2009

Invitado: Javier Perezchaho

Se cayó la jerga

Era una mañana fría, cuando desperté lentamente y me percaté de que no veía absolutamente nada. Muchas cosas pasaron por mi cabeza: pensé que podría haber sido el efecto del alcohol que había ingerido la noche anterior. ¿Qué había pasado? ¿Me habría golpeado la cabeza muy fuerte? ¿O simplemente me estaba volviendo loco?

Traté de conservar la calma, respiré profundamente y, poco a poco, empecé a sentir mi cuerpo. Me encontraba sentado. No podía mover las manos. Pronto me percaté de que la ceguera no era más que un simple paliacate tapando mis ojos. En ese momento, me invadió un profundo temor que me hizo perder la calma y, con desesperación, comencé a gritar fuertemente hasta que mi garganta se hizo pedazos.

Después de unos minutos, escuché una voces que provenían de otra habitación. El rechinido de la puerta abriéndose lentamente me dejó paralizado; escuché unos pasos que se acercaban a mí rápidamente. Después vino un momento de silencio que me pareció eterno y luego... una voz que murmuró en mi oído: "Ya valiste verga".

martes, 15 de diciembre de 2009

Invitado: Dzigar Kongtrül Rinpoche

From a Buddhist point of view, letting things be allows them to become what they are, instead of what we want them to be.

From It's Up to You (Shambhala Publications, Inc., 2006)

Pensando en Shantideva

En el filo de la navaja

Encuentro tus palabras

Me invitan con dulzura

En el filo de la navaja

Entrego mis palabras

El riesgo de cortarme, de cortarte, de cortarnos

En el filo de la navaja

La posibilidad de la liberación
Honey on a razor blade,

Sweetness on my tongue.

Apparent sweetness

Might turn

Into a taste of blood.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Invitado: César Zegbe Jones

La danza de la muerte

Mientras la serpiente bailaba despreocupada sobre las dunas del viejo desierto, el sol —que ha sido testigo de todo desde el origen del universo—espera pacientemente la muerte del reptil. Tras pasar las horas, los días y los años, el universo interrumpe diciendo:
—Sólo yo sé la hora exacta de la muerte de todo aquel que en mí habita.
El sol intrigado pregunta:
—Entonces, ¿cuándo morirá la serpiente?
—Por el tiempo nadie debería inquietarse, te diré que tengo una teoría al respecto.
Y el universo delicadamente pronuncia: ``A todo aquel que por el tiempo se preocupa, se le fragmenta la vida en segundos y su alma envejece, y lo alcanza una muerte anticipada.´´
El sol reflexionó sobre la frase durante un largo rato. Recordó a la serpiente que, ignorando el tiempo, la vida y la muerte, danzaba sin remordimiento.
El sol, a su vez comenzó, a danzar alegremente, tal como la serpiente. Se olvidó completamente de emitir luz y calor a sus planetas, provocando así que la tierra, el viejo desierto y la despreocupada serpiente, murieran antes de tiempo.
El universo observaba lo ocurrido. Se dirigió con tono fuerte al sol, que al ver las consecuencias de sus actos, cesó la danza.
—Has malinterpretado lo que cité: Ignorar el tiempo no significa olvidar la vida en danzas. Por tu irreverencia, a partir de ahora contaré descendentemente la hora de tu muerte hasta llegar a cero.
El universo comenzó a contar, segundo por segundo, la llegada de la muerte del sol y no había siquiera llegado a cero, cuando el sol ya había muerto. Y así, verificó su teoría.