lunes, 31 de octubre de 2016

amarillo, lla


Del b. lat. hisp. amarellus, y este del dim. del lat. amārus 'amargo'.

1. adj. Dicho de un colorSemejante al del oro o al de la yema de huevoy que ocupa el tercer lugar en el espectro luminosoU. t. c. s. m.

Pues "amarillo" era el tema del grupo de foto para hoy y me sorprendió muchísimo encontrar, en el diccionario de la RAE, 15 acepciones diferentes y 21 expresiones en las que se usa el vocablo. Especialmente llamativo me resulta lo difícil que es definir un color, como consta en la acepción que abre esta entrada. Y, entre las otras 14, destaca sin duda la número 12:  m. Adormecimiento extraordinario que los gusanos de sedacuando son muy pequeños, suelen padecer en tiempo de niebla.

Quién lo hubiera dicho. Pobres bichos...

Y yo, entre muchas fotografías que podrían haber ilustrado el tema, escogí hoy, por aquello de las fechas, una que tomé hace casi 4 años en Tepoztlán y en la que, además del vocho amarillo —que es un auto al cual mi hijo y yo le tenemos especial cariño ya que cuando jugamos a vochos (o sea, a contar el número de escarabajos VW de diferentes colores que nos encontramos al ir en el auto, intentado acumular el mayor número en nuestra cuenta particular para así ganar la partida) los amarillos valen doble—, se coló un fantasma. Bienvenido sea, que igual será bien despedido.



Y como decía mi abuela Rosa: "El que de amarillo se viste en su hermosura confía o de sinvergüenza se pasa"...

viernes, 28 de octubre de 2016

Invitado: Shechen Gyaltsab






Observa la naturaleza verdadera del daño que se te hace. Es tan escurridiza como un dibujo en el agua. Deja que tu resentimiento se desvanezca por sí mismo. Cuando las olas tormentosas de los pensamientos han desaparecido, la mente se vuelve como el cielo sin nubes que no tiene nada que ganar o perder.



Original en inglés, aquí.
Traducción al español, mía.

jueves, 27 de octubre de 2016

t.r.u.s.t.y. .a.n.d. .t.r.u.e.



hallazgo 13


Y sigue la mata dando, como quien dice. O sea, de pronto me injerto en pantera (sucumbo ante las garras de una excesiva reacción emocional) frente a lo que vivo como un rechazo de alguien que supuestamente me quiere y tendría, por lo mismo, que actuar de esta o aquella manera. Medio alcanzo a vislumbrar que hay algo que no cuadra en la situación, que el dolor que siento supera con creces lo que está sucediendo en realidad y que, en última instancia, tiene que ver más conmigo que con el otro (en la misma medida en que la forma de actuar de ese otro u otra tiene que ver mucho más con él o con ella que conmigo).

Hoy, me tocó comer sola, pues por fortuna el médico ya le dio permiso a Santiago de manejar y hacer su vida casi normal (antes del alta definitiva prevista para dentro de un mes) y mientras me preparaba mi plato, de pronto me cayó un veinte (o el mismo viente de siempre): Mi vivencia del rechazo (que incluye una gama que va desde una ligera indiferencia hasta una agresión flagrante) está directamente conectada con el rechazo primigenio: la incapacidad de mi madre para conectarse conmigo de forma amorosa y clara.

Y entonces, volví a ver (quién sabe cuántas más sean necesarias) cómo lo primero que se me dispara cuando me siento rechazada (o no querida) es la sensación de que hice algo mal, dejé de hacer algo que se esperaba de mí, no fui suficiente o fui excesiva, en resumen, de que es mi culpa (otra forma protagónica de mi viejo y querido ego). Darme cuenta de ello (por enésima vez), me dio un respiro y una sensación de alivio. Pude dejar de pelearme con la imposibilidad de entender el actuar de los demás (de mi madre, en su momento, de algunos, hoy) y de martirizarme a punta de por qués.

Uf, así, hasta la próxima.
Y disculpas a quien resulta afectado más de cerca por el dichoso patroncito... (perdón, changuito).















lunes, 24 de octubre de 2016

Otoño 5

Or the Beauty of the Wild




A mí este año, el otoño me agarró de sopetón, sin aviso. Cuando me di cuenta, ya se había instalado, con su aire fresco, a veces casi frío, y sus mediodías ardientes. Se me coló mientras me encargaba de una clavícula fracturada. Y así los días se pasaron de la Cruz Roja, a un hospital, luego a otro, luego de vuelta a casa. Aprendí a quitar y poner una playera sin mover un brazo doblado (menos mal que pude ensayar en el brazo sano de mi amiga Berna, que si no...) y a colocar un cabestrillo y un inmovilizador de hombro del mismo modo. Bueno, hasta me las ingenié para poner una gasa sobre una herida casi como profesional (claro, si no contamos la pedacería de micropore que hice el primer día).




Y entonces, de improviso, las flores silvestres tomaron el mundo: el estacionamiento de la escuela, las grietas de la banqueta, los lados de la carretera a Tepoztlán. Y así me di cuenta que el otoño se estaba instalando, que las lluvias se habían acabado, así también, de sopetón, y que la belleza silvestre se había apoderado del paisaje. 




Y con esta explosión de color, también salieron volando por el aire viejos rencores que hace mucho que habían dejado de tener razón de ser (si es que alguna vez la tuvieron) y me arriesgué a ir más allá de mis respuestas preconcebidas, enfrentando miedos y estableciendo contactos nuevos y viejos. Las respuestas que encontré abarcaron toda la gama, desde la solidaridad más profunda hasta la franca agresión (solo un caso, por fortuna), pasando por la casi indiferencia. Y yo intentando día a día no tomarme nada personal y agradeciendo que una amiga de toda la vida prefiriera pasar por los nervios de entrarle a su colchón de seguridad antes de que yo quedara atrapada por los intereses de la tarjeta de crédito o que otra me acompañara en mi afán de fotografiar un mirasol al borde del camino:




Así llegó, pues, este año el otoño. Con sorpresas, incertidumbres, miedos, regalos, soluciones, tristezas y alegrías, como es la vida cuando nos damos la oportunidad de tomar cada momento, ya sea de dolor o de gozo, tal y como se presenta.

viernes, 21 de octubre de 2016

domingo, 16 de octubre de 2016

Quien bien te quiera te hará croquetas

croqueta

Del fr. croquette.

1. f. Porción de masageneralmente redonda u ovaladahecha con un picadillo de jamón, carne pescadohuevo u otros ingredientesqueligado con besamelse reboza en huevo y pan rallado y se fríe en aceite abundante.


Precisión no le falta a esta definición de la RAE, pero sí algunos detalles imprescindibles para hacer croquetas espectaculares. Mi amiga Berna estuvo en casa hace unas semanas. (Hoy hace justo 3 nos acompañó durante la operación de clavícula de Santiago.) Desde que planeábamos su estancia en Cuernavaca, surgió la idea de las croquetas (a raíz de mi desmedido entusiasmo por algo que ella compartió en el Facebook, título de esta entrada). Yo le dije que estaba dispuesta a lo que fuera con tal de volver a probar ese manjar. (La última vez fue hace varios años con mi tía Marisa, que intentó enseñarme a hacerlas, pero fui mala alumna. Las anteriores a esas deben de haber sido las de mi abuela María Luisa, el milenio pasado.)

Ya en casa, entre los cuidados tanto para Santiago como para mí, se puso Berna un día con las croquetas y yo me puse a hacer fotos del proceso (no sé si para repetirlo algún día o solo para documentarlo...). Así quedó una besamel perfecta (de bastante consistencia, con todo y que sospecho que la harina de mi despensa debe haber estado un pelín rancia). El truco, según ella, es incorporar la mantequilla y la harina muy despacio, para evitar los grumos, y con el fuego apagado, para evitar que se queme. Una vez fría la masa, incorporamos (dijo el otro...) huevo duro picado. "Esas son las tradicionales", me explicó. Yo solo las había comido de sobras.


En un descuido mío (andaría seguramente en la escuela o en el consultorio), se dio a la tarea de hacerlas (después de que la masa reposara por más de un día en el refri y de que consiguiera ella —en su única salida después de la estancia en varios hospitales— el pan molido). Y se acordó incluso de hacerme la foto para tener el proceso completo. (Si yo seré capaz de repetirlo o no será harina de otro costal. Siempre puedo esperar a la siguiente visita de Berna...)






Ya solo quedaba freírlas. 




A esa tarea, la acompañamos Santiago y yo la última noche de su estancia en casa para cenar croquetas de despedida y brindar (ella y yo, pues él estaba con antibiótico) con sidra inglesa, que era lo único que quedaba en el refri. El truco para facilitar el proceso de freído: usar palitos chinos, ideales para ir volteando las croquetas en el aceite caliente. Salieron así 19 croquetas perfectas (la misma Berna se sorprendió del resultado, pero es obvio que es buenísima en la cocina).





Y aquí abajo estamos haciéndonos el selfie de rigor (con el móvil de nuestra invitada) antes de hincarle el diente a las más deliciosas croquetas que recuerde yo haber comido (con el perdón de mi tía y de mi abuela). Y lo dicho: si a esa porción de masa redonda u ovalada se añaden cariño, deleite y amistad, las croquetas serán "las mejores del mundo" (por más que digan que todo español asegura que tal descripción alude indefectiblemente a las de su madre).


¡Gracias, Berna!
Te extrañamos/echamos de menos mucho/un montón.


miércoles, 12 de octubre de 2016

Invitado: Chagdud Tulku Rinpoché


Cuando alguien nos insulta, en general nos quedamos pensando en ello, preguntándonos "¿Por qué me dijo eso?" sin parar. Es como si alguien nos dispara una flecha y se queda corto. Centrarnos en el problema es como levantar la flecha y clavárnosla repetidamente diciendo: "Me lastimó tanto. No puedo creer que haya hecho eso".


En cambio, podamos usar el método de contemplación para analizar las cosas de otra manera, para cambiar nuestro hábito de reaccionar con enojo.


Imagínate que alguien te insulta. Dite a ti mismo: "Esta persona me hace enojar. Pero ¿qué es el enojo?" Es uno de los venenos de la mente que crea karma negativo y conduce a un sufrimiento intenso. Encarar el enojo con enojo es como ir tras un lunático que se tira de un acantilado. ¿Tengo que actuar del mismo modo? Mientras que es descabellado que esa persona actúe del modo en que lo hace, es aún más descabellado que yo haga lo mismo.



Original en inglés, aquí.
Traducción al español, mía.

martes, 11 de octubre de 2016

m a r i p o s a



De Mari, apóc. de María, y posar1.

1. f. Insecto de boca chupadoracon dos pares de alas cubiertas de escamas generalmente de colores brillantesque constituye la fase adulta de los lepidópteros.

junto a donde estaciono el coche

sábado, 8 de octubre de 2016

Invitado: Dilgo Khyentse Rinpoché


Ver la verdad de la enseñanza


Ahora mismo, podrías estar experimentado todo tipo de felicidad y placer; pero esto no durará, así que no te apegues a ello. En esta vida, estás destinado a experimentar todo tipo de dificultades, enfermedades y otros problemas; es importante ver en ellos la verdad de las enseñanzas.
Siempre que experimentamos placer o dolor, desdicha o contento, se debe a nuestras acciones en vidas pasadas. Si ahora estás sano o eres famoso o rico, es debido a las acciones meritorias que llevaste a cabo en el pasado. Si sufres de enfermedad, obstáculos o circunstancias conflictivas, eso es el resultado de tus acciones negativas pasadas. Pero cualquiera que sea la circunstancia en que te encuentres, puedes purificar tu mente; cuando tengas dolor, puedes suplicar desde el fondo de tu corazón que tu sufrimiento sea un sustituto del sufrimiento de otros, para que todo su dolor y sufrimiento se agote para siempre. Entre más sufras, más puedes llevar a cabo la práctica de asumir el sufrimiento de todos los seres.
















Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español e imagen, mías.

viernes, 7 de octubre de 2016

curiosidad


3. f. Cosa curiosa (‖ que llama la atención).


paso peatonal para reyes
cdmx - cerca del metro san joaquín