jueves, 29 de julio de 2010

Carta de amor 2

Hoy es martes y camino hasta toparme con la vieja locomotora abandonada a la orilla del pueblo. Paso de largo, arrastrando los pies sobre los trozos restantes de vía y los durmientes rotos, tan absurdo como este camino que no lleva a ninguna parte. Llego al barandal desde donde dejaste caer las flores que corté para ti después de hacerte el amor. “Quiero ver cómo se las lleva el río”, me explicaste con un guiño en la sonrisa. Yo sólo te miraba. Pensaba en silencio que el río te llevaría a ti también y yo me quedaría solo junto al barandal, buscando unas flores amarillas sobre la superficie del agua.

Hoy es martes y estoy parado en este mismo lugar. Coloco tus flores en el hueco que me ofreció un tubo oxidado cuando vine por primera vez a conjurar tu regreso.

Hoy es martes y me siento solo, tan solo como aquel día cuando tu boca me amó, cuando tu cuerpo se abrió al ritmo que tu corazón se cerraba. Hoy es martes y en mi piel el olor de tu piel sigue incrustado. Hoy es martes y muero por verte, muero por tocarte, muero por desnudarte.

Hoy es martes y me encantaría volver a probar tus pezones erectos. Morderlos con suavidad hasta hacer brotar su miel pegajosa, apenas amarga.

Hoy es martes y me encantaría volver a mojarme los dedos en la humedad de tu entrepierna. Apretarte los labios, exprimirlos hasta que el gusto a sal y a fruta madura se me escurra por el brazo y tú juegues a alcanzarlo con la lengua.

Hoy es martes y me encantaría escuchar tus gemidos, leves, profundos, agudos cuando estás por alcanzar el orgasmo y te detienes y me miras y tus ojos brillan con una mezcla de lágrimas y violencia.

Hoy es martes y me encantaría sorprenderte a escondidas cuando tu mano baila al compás de tu cadera y frotas tu sexo, mientras tu boca despide un olor levemente acre a tabaco y a besos añejos. Me encantaría verte cuando sabes que te veo y finges que no lo hago. Cuando te disfrazas de mozuela y me incitas a llevarte al río. Y luego te volteas, satisfecha de ti misma, y te cubres con las sábanas empapadas en sudor y deseo perdido.

Hoy es martes y sólo tengo entre mis manos las flores con las que intento, incansable, inútil, llenar tu ausencia y las ganas que tengo de ti, de poseerte, de hacerte mía, de hacerte enojar hasta que te levantes y me vuelvas a abandonar.

Hoy es martes, como ayer, como mañana, el mismo martes sin ti
.

inspirada en la fotografía publicada
el 7 de febrero de 2010 en este blog

1 comentario:

  1. "Hoy es martes y me siento solo, tan solo como aquel día cuando tu boca me amó, cuando tu cuerpo se abrió al ritmo que tu corazón se cerraba..."

    Este texto lo releeré una cuantas veces.
    Sin palabras.
    Un paseo por las curvas del deseo y los valles de la ternura.

    Un saludo,
    Db.

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