jueves, 8 de julio de 2010

Impermanencia

para Santiago
De pequeño, tu olor al despertar era un perfume dulcísimo.
Mi fantasía, entonces,
era poder preservarlo dentro de un frasco y destaparlo cuando quisiera para sentirte cerca.
Si hoy cierro los ojos, me lo puedo imaginar, mientras aprendo a reconocer tu esencia presente.

2 comentarios:

  1. He leido algo por ahí, quizás entre alguno de mis despistes que reza:

    "pedirte algo tuyo
    para poder recordarte,
    sería asumir
    que puedo llegar a olvidarte
    algún día..."

    Y yo añadiría:
    "PERO NO ESTOY DISPUESTO A OLVIDARTE..."

    Imperfectamente perfectas palabras.

    Un abrazo,
    Db.

    ResponderBorrar
  2. Acaso es escribir la declaración de no estar dispuestos a olvidar, anticipándonos al momento cuando olvidamos, cuando olvidamos que olvidamos...

    ResponderBorrar