sábado, 13 de agosto de 2011

Después de nadar 4

Cuando tomaba el sol boca abajo con la cabeza volteada hacia la derecha, las gotas de agua parecían estrellas sobre el suelo blanco. Al voltear mi cara hacia el otro lado, aparecían solo las rugosidades del piso, una hoja pequeña y un bicho minúsculo corriendo apresurado quién sabe adónde.

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