"Life becomes
easier when you
learn to accept
an apology you
never got."
Así reza una cita que me encontré en internet y que me dejó pensando. Para desentrañar mejor su significado, o más bien su sentido en mi propia experiencia de vida, la traduje (a mi modo, claro, no puedo de otro): La vida se vuelve más sencilla cuando aprendes a aceptar una disculpa que nunca te dieron. O tal vez, se me ocurre hoy, una disculpa que nunca recibiste.
Desde la primera lectura supe que estas palabras me decían algo, aunque no tenía del todo claro qué. Y, así, me fui inventando diferentes posibilidades:
- Quizás más que no recibir esa disculpa tan esperada, no me di cuenta de que alguien me la había ofrecido, y entonces me seguí complicando la vida.
- Quizás mi orgullo herido me impidió soltar la necesidad de una disculpa y entonces me seguí complicando la vida.
- Quizás se trate solo de no aferrarme a la (supuesta) afrenta de la que fui víctima y seguir con la vida sin complicarla de más y así, la disculpa se da por recibida.
- Quizás sea solo cuestión de no tomarse uno (o una) a sí mismo (o a sí misma) tan en serio, abrirnos a lo que la vida trae y lo que se lleva y, en el proceso, disfrutar mientras dure, llorar cuando se acabe y soltar, sin tanta complicación emocional ni conceptual.
- Quizás la liberación esté -simple, sencilla- en la mera paradoja entre aceptar aquello que nunca se recibió y así, se disuelven tanto la ofensa, como quien ofende y el ofendido y entonces la vida se hace más fácil.
Al seguir contemplando la frase, su sentido se me irá revelando -casi seguro- de diferentes maneras hasta llegar, quizás, a una certeza más allá de las palabras y, entonces, la habré internalizado (y la podré soltar también). Mientras tanto, intentaré reírme un poco más de mis propios azotes y dejar de esperar disculpas las más de las veces probablemente innecesarias...
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