lunes, 22 de octubre de 2012

Estos días me levanto muy temprano a trabajar. Todavía es de noche cuando mi mirada se hace una con el monitor de la computadora; mis manos, con el teclado.

Y cuando giro la cabeza hacia la ventana, las nubes naranjas del amanecer se me meten por sorpresa a través de la persiana.

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