sábado, 4 de octubre de 2014

/-s-/-e-/-m-/-a-/-n-/-a-/


Hoy el paseo por el diccionario de la RAE fue más ilustrador de lo que esperaba:
semana.
(Del lat. septimāna).
1. f. Serie de siete días naturales consecutivos, del lunes al domingo.
2. f. Período de siete días consecutivos.
3. f. Salario ganado en una semana.
4. f. Período septenario de tiempo, sea de meses, años o siglos. Las semanas de Daniel.
5. f. Una de las muchas variedades del juego del infernáculo.



De acuerdo, del 1 al 4 no hay demasiada novedad. Y en cuanto a "infernáculo", resulta que es un 1. m. Juego que consiste en sacar, saltando sobre un pie, un tejo de un trazado en el suelo, supongo que algo parecido a la "rayuela" o al "avión". Más sorprendente me resultó la expresión mala ~1. f. coloq. Mes o menstruo en las mujeres, pero me abstendré de abundar en su contenido sexista. Por otro lado, sí había oído hablar de la ~ corrida, la ~ grande o mayor, la ~ inglesa, o la ~ litúrgica, y por supuesto, de la expresión entre ~. Y la que más me gustó, por completo desconocida para mí, fue aquella de la ~ que no tenga viernes. 1. expr. coloq. U. para despedir a alguien, negándole lo que pretende, o para significar la imposibilidad de que algo se realice.


Sin embargo, en ningún lugar explica la RAE que ese periodo de siete días sucedidos sin interrupción puedan, también, ser toda una vida durante la cual siga yo sin entender que no estemos juntos, donde siete se sientan más como mil o un millón, y sigan siendo solo siete.


Tampoco explica el diccionario que en una semana puedan agolparse más de treinta años de recuerdos y despedidas. Que en una semana puedan apersonarse los últimos diez meses con la nitidez que solo otorga la separación. Que en una semana echarte de menos convierta los días en un tiempo imposible de medir. Que en una semana sentir tu falta duela como me dolió la muerte de mi madre, hace diez años.


Quizá haya sido esta una semana sin viernes. Una semana para despedirse. Una semana para negarnos. Una semana donde sucedió lo imposible. O una semana donde dejó de suceder lo posible.


O quizá haya sido una semana hecha solo de una sucesión de viernes y nada más. Un viernes que se repitió día tras día hasta volver a ser viernes y seguir doliendo como si no hubieran pasado otros seis días. 


Para muestra (de memorias), un botón:
Miranda de Ebro, camino a Asturias, verano de 1980













1 comentario:

  1. Me gustó. Una semana extraña (la que tuve yo). Saludos desde el otro lado del charco.

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