jueves, 19 de marzo de 2015

Desmoronarse


Se desmorona.
Un polvorón cuando lo partimos.
El amor cuando se traiciona.
Las palabras de nuestro diccionario.
                                           Se exilian. 
                                                  Se cuartean.
                                                             Se desvanecen.
Los espejos cuando la tristeza nos embarga la mirada.
Los sueños cuando despertamos.
Los nomeolvides, de minúsculos pétalos azules.
Tu nombre y el mío que han dejado de besarse.
Para siempre.
Como nunca.
El tiempo.
          Los recuerdos.
                        Los besos.
                                  Las caricias.
Como un castillo de arena.
Se desmoronan.
No dejan ni rastro.
No hay vuelta atrás.
No hay regreso.
El futuro se hace migajas.
Las migajas no son suficientes.
Me desmorono yo.
Dejo de ser yo.
Tú, tan aseado y recompuesto.
Te has desmoronado tú.
Como una alegría de amaranto y ajonjolí.
Como un muro humedecido.
No eres ese tú que fuimos los dos.
Yo tampoco.
N.o.s.o.t.r.o.s.t.a.m.b.i.é.n.n.o.s.d.e.s.m.o.r.o.n.a.m.o.s.
T.ú.y.y.o.d.e.s.m.o.r.o.n.a.d.o.s.
Mitades arrancadas. 
Un poco más cada día.
Desmoronándonos también.
Bendiciones del guru.

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