viernes, 8 de enero de 2016

Invitado: Chogyam Trungpa Rinpoché



Esconder tu dolor no funciona


Cuentan la historia de un hombre que se estaba robando una campana y se cubrió las propias orejas para que nadie la oyera sonar. Diseñamos maneras para esconder nuestro propio dolor, pensando que nadie lo sabrá. Darnos cuenta del sufrimiento fundamental, las partes privadas que estúpidamente tratamos de esconder —siendo tan inteligentes y tan estúpidos al mismo tiempo— es el primer paso del camino. Descubrir que este factor escondido ya está expuesto es la más alta de las cosas. Es la verdad real y, si la reconocemos, es una verdad hermosa, una verdad fantástica.


Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español, mía.

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