viernes, 1 de abril de 2016

Invitado: Dilgo Khyentse Rinpoché



Muchos de nosotros llevamos vidas en familia. A lo sumo, los miembros de una familia permanecen juntos durante una vida; con frecuencia, mucho menos. Mientras dure ese momento fugaz de estar juntos, deberíamos de tratar de permanecer en armonía perfecta unos con otros, mientras seguimos el Dharma tanto como nos sea posible. Noche y día, encaminemos nuestras mentes hacia la bondad, el amor y la compasión. Hacer una sola postración, decir una oración simple, contemplar la naturaleza de la mente durante un instante son semillas que conducen a la iluminación. Estar unidos en esta vida como hombre y mujer, como padres e hijos, es el resultado de nuestras acciones pasadas, de un karma compartido. Es por ello que deberíamos, a toda costa, evitar pelear y vivir en armonía. 



Original en inglés y fuente, aquí.
Traducción al español mía, dedicada a Santiago.
Imagen de él.

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