En Chimal en esta época vuelven las golondrinas a anidar y criar a sus polluelos. Las adultas, tanto la madre como el padre (según me explicó mi comadre) se pasan el día entero trayendo alimento a las crías, que pían ininterrumpidamente, salvo cuando uno de los progenitores les introduce, con el pico, la comida hasta la garganta. Viéndolas, me vino a la mente una de las instrucciones de la tradición budista para generar compasión, que consiste en recordar que todos los seres, en algún momento u otro, han sido nuestras madres, fuente de amor incondicional, o por lo menos, de infatigable servicio, como el que vi prestar a estas aves de alas puntiagudas.
También noté, gracias a mi hijo, cómo los pollos sacan la cola del nido para cagar y, así, mantenerlo limpio. Recordé que en la casa de mi abuela Rosa en Cuernavaca, cuando yo era pequeña, volvían las golondrinas y cómo, a veces, les tiraban los nidos (antes de que hubiera crías) para evitar que su excremento ensuciara las paredes y el piso. Yo preferiría mil veces tener nidos de golondrinas que pisos siempre limpios, pero en mi balcón no anidan, aunque sí pasan volando cerca de mi edificio y se posan en los cables. (No sé dónde anidan.)
María Eugenia me contó cómo el año en que su padre murió, las golondrinas no volvieron a anidar. Pasó un año de duelo antes de que criaran otra vez en su casa. En cambio, cuando murió su madre, no se tomaron ese receso. Las pérdidas dejan estelas diferentes. Y no podemos estar seguros si aquellas golondrinas, las de Bécquer, vuelven en realidad o no, o si las que recién vi en Chimal son las que andaban por ahí hace dos años...
La RAE define así a estas aves, enumerando un sinfín de detalles, que a mí se me escapan a simple vista:
Del lat. hirundo, -ĭnis.
1. f. Pájaro insectívoro muy común en España desde principio de la primavera hasta fines de verano, que emigra en busca de países templados. Tiene unos quince centímetros desde la cabeza a la extremidad de la cola, pico negro, corto y aleznado, frente y barba rojizas, cuerpo negro azulado por encima y blanco por debajo, alas puntiagudas y cola negra y muy ahorquillada.
catalán: oroneta
portugués: andorinha
francés: hirondelle
italiano: rondine
rumano: rândunică
Y el diccionario me recordó, que una golondrina es también 3. f. En Barcelona y otros puertos, (una) barca pequeña de motor para viajeros.
Aquí, una volando cerca de mi casa:
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