Lo que llamamos creadores de obstáculos o influencias malignas, como los fantasmas, los dioses y demás, no son entidades fuera de nosotros. De nuestro interior es de donde surge la mortificación. Debido a nuestra fijación en el "yo" es que pensamos: "Yo soy tan infeliz, yo no tengo nada que comer, yo no tengo ropa, mucha gente está en mi contra, y yo no tengo amigos". Son pensamientos como estos los que nos mantienen tan ocupados y ¡todo en vano! Esta es la razón por la cual no estamos en el camino hacia la liberación y la budeidad.
Traducción al español e imagen, mías.
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