jueves, 25 de mayo de 2017

«rapto»


El tema de hoy en el grupo de fotografía provocó, como quizá era de esperarse, un montón de reacciones. La más sana fue, me parece, preguntar a los administradores a qué se referían con el término "rapto", que en el diccionario (y en la experiencia) tiene varias acepciones, la mayoría poco agradables y, tristemente, más en estos tiempos en nuestro país.

El caso es que usaban "rapto fotográfico" para aludir a una captura espontánea, sin que el modelo se percate de que es nuestro objetivo, es decir, el modelo en cuestión no está posando para nosotros. También se dice que uno "rapta" una escena cuando registra a otro fotógrafo trabajando o cuando hace una toma completamente desprevenida de alguna situación.

O sea, "rapto" en el mejor sentido del término (obviando el sentido religioso o espiritual). 

Resulta que a mí me encanta raptar imágenes de desconocidos. (De hecho, son las únicas fotografías de personas que realmente me gusta tomar. Las otras las hago cuando no tengo opción.)

Buscando en mi archivo, me encontré varios "raptos". El preferido fue esta fotografía del otoño pasado en Madrid. En palabras de un colega del grupo, fotógrafo experimentado, resulta que: "además de ser un rapto fotográfico, tu imagen es todo un cuadro visual con un intuitivo manejo de la perspectiva a través del juego de líneas y contrastes luz-sombra... bien puedes contar una historia".

Así que quizás haya aquí escondido un relato, como en cualquier rincón del mundo.



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