domingo, 8 de abril de 2018

.....55.....

Hace tres días, el 5, cumplí 55 años. Mi amiga Fuensanta lo llamó "tu día capicúa de tres". Me encantó y me recordó a mi amiga Ángela, que hace muchos años me enseñó el significado del término "capicúa" que resulta que viene, ni más ni menos, del catalán cap-i-cua (cabeza y cola, hasta donde entiendo).

Y entonces me puse a repasar mis cumpleaños capicúa anteriores para ver qué había marcado aquellos años:

11 — Hice un viaje a Disneylandia, con mis papás y mi hermano

22 — Me fui de casa de mis padres, tras un novio hindú y tras de mí misma

33 — Nació mi hijo Santiago, que este año tendrá su segundo capicúa, en agosto

44 — A 4 años de mi divorcio, y después de un amor maravilloso y fallido, me encontraba con otro amor, maravilloso y fallido, lejos de casa

55 — Mi hijo se ha ido de casa (a sus casi 22), bueno, ya se había ido, pero ha dado varios pasos más en la construcción de su propio camino


Y así se pasa la vida, entre cumpleaños capicúa y los que no lo son. Y me celebro y me celebran. Este año, el mero día transcurrió en Chimal, con el cariño y los apapachos múltiples de mi comadre, María Eugenia.

Para muestra un botón, mi pastel de cumpleaños, un "chorreado de chocolate", horneado y decorado con todo cariño por ella, agradecido y disfrutado con todo cariño por mí:









No hay comentarios.:

Publicar un comentario