martes, 18 de septiembre de 2018

m i e d o

o ahí viene el 19 otra vez

El miércoles pasado, 12 de septiembre, vino Aurora, como cada miércoles, a ayudarme con la limpieza de la casa. Le encanta platicar y yo, la verdad, no le doy mucho chance. (Por eso ama cuando está Santiago...)

Ese día me sorprendió contándome que su hija ya había guardado su tele (una de las de pantalla plana, que no funciona en realidad, pues es de las primeras y tiene una falla que no le compusieron) en un clóset, para evitar que se fuera a caer y a romperse, pues ya mero es 19 otra vez.

Como casi siempre que cuenta algo, Aurora se reía al compartir la anécdota. Porque es risueña y, quizá, por algo de nervios. Yo reconozco que también me da nervios el regreso del 19.

La Real Academia define "miedo" de dos maneras:

1. m. Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
2. m. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.

Y así es la onda con la mentada fecha. Aunque racionalmente se puede argumentar la baja probabilidad de que se repita lo sucedido hace un año y hace 32 (que de por sí era altamente improbable), queda en la psique (individual y colectiva), esa angustia, ese recelo, esa aprensión, esas sensaciones en la piel que se reactivan con los aniversarios. Yo no he guardado mi tele (ni el monitor de mi compu que hace un año acabó cara abajo en el suelo, aunque casi intacto), pero la verdad es que me organicé para no ir al cine el mero 19 (la peli del Tour de Cine Francés que toca ese día, la veré al día siguiente, nomás por si las dudas...). Recuerdo claramente cómo el año pasado se suspendió esa muestra justamente por los daños que el cine sufrió con el sismo. No muchos, pero suficientes para cerrarlo durante un rato.

Yo hay veces que aún me mareo estando en mi estudio, donde me agarró el temblor del año pasado. Y Santiago me contaba que había también visto memes en Facebook que aludían a este mismo temor.

Más miedo debería de provocarnos saber (como me enteré por la radio de la UAEM hace unos días) que en Jojutla, la zona 0 del terremoto de septiembre de 2017, hay familias que siguen viviendo en la calle, pues la reconstrucción no les ha llegado. Increíble. Triste. Indignante.

Ojalá que mañana no se caiga la tele a la hija de Aurora, ni a mí ni a nadie. Ojalá que mañana sea un día que pase sin sobresaltos, pero sí con memoria. Ojalá que mañana podamos recordar lo que pasó y pensar cómo podemos ayudar a remediar lo que aún no ha pasado.

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