jueves, 29 de agosto de 2019

Historia de unas cebollas

o la flor azul 2

Hace unos meses, Yare, Santiago y yo nos disponíamos a guisar algo, el desayuno probablemente, cuando descubrimos que unas cebollas que teníamos en el refri habían empezado a germinar (supongo que se dice que las cebollas germinan cuando les brotan hojas y les crecen las raíces).

Emocionados, decidimos plantarlas en la tierra, bueno en una maceta con tierra, y ver qué sucedía. (Yo, en una granja, había visto hace tiempo la flor de la cebolla, que es hermosa, parecida al agapando, pero más chica e imaginé que mi balcón se adornaría con ellas.) Pusimos la maceta sobre el quicio y supervisamos el crecimiento de los bulbos. Los regamos. Les hablamos.

Llegado cierto punto, me pareció que la maceta les había quedado chica y decidí trasplantarlas. Y entonces empezaron a marchitarse. Las regué más seguido. Por sugerencia de la mamá de una amiga, coloqué la maceta dentro de un plato para que tuvieron más acceso al agua. Pero todo fue inútil. Las hojas se secaron y los bulbos también.

Por pereza, dejé la maceta en el balcón, esperando a que sirviera para alguien más. Pero entonces, pasados unos días, empecé a notar que le salían otras plantas. Silvestres, claro. Como las que a veces me encuentro en las hendiduras del pavimento, de camino a la escuela o al consultorio.

Y la maceta se convirtió en selva. En mi balcón.

Cuando descubrí la transformación, retiré los restos secos de las pobres cebollas y entonces vi una planta que tiene guías como el pasto, supongo que para esparcirse, aunque el quicio de mi balcón no es el mejor lugar para lograrlo. Lo más llamativo es que, además, florea, con unas hermosísimas flores azules, como esta:

















Gracias a mi amiga Susana, que es botánica, supe que se trata de una Commelina. Susana me confesó también su debilidad por la flores azules, que comparto plenamente, y me contó que "solo algunos linajes altamente derivados han 'descubierto' cómo hacerlas".

Y por si todo esto fuera poco, resulta que en la misma selva hay otra planta de minúsculas flores blancas, como estrellas, que, además, da frutitos verdes (de momento):

















Y todo gracias a unas cebollas germinadas en un refri.
Así de sorprendente la vida.
A veces.
Y otras.
También.

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