viernes, 17 de enero de 2020

Mi primera vez

Para mis Marías queridas

Fue hace dos días. En La Fídula. En la Calle de las Huertas. En el Barrio de las Letras. En Madrid. Y fue genial. Un paso más lejos, muy lejos, de mi zona de confort. Un paso más en pos de mí misma. Más allá de mí misma. Un paso más hacia la apertura y la amistad y la confianza.

Resulta que el miércoles había micro abierto para cantautores y poetas, ahi en La Fidula. Y María, una de mis Marías compañeras del máster en el Kafka, nos invitó a participar. ¿Por qué no?, pensé. A tantos kilómetros de casa y en una ciudad nueva habrá que probar de todo, pensé. Y aunque hubo un instante de titubeo, ganó la valentía. (Eso dice María, que soy valiente, y yo le empiezo a creer porque me quiere y la quiero.)

Llegué pronto, en autobús y caminando, y me inscribí para participar. No conocía a nadie, pero dije que venía con unas amigas, que estaban por llegar, a recitar poesía. El chico que me registró resultó ser Carlos, el presentador de la noche y la pareja de María. Y entonces llegaron María, acompañada de Sandra, y la otra María, también muy querida.

Nos sentamos muy cerquita del escenario. Y bebimos una cerveza. (Mejor no mucho más antes de pasar.) Y recitarono María y Sandra, Rusas Palabras se llaman en escena. Y cantaron varios cantautores. Y recitaron otros, hasta que el público optó por la poeta mexicana y era yo. Y me trepé. Me puse enfrente del micro, buscando algo de luz para leer el poema que llevaba. Para mi fortuna, con las luces en la cara, no veía a nadie en el público, lo cual hizo la actuación mucho más fácil. Y recité: Aunque tenía 4 minutos y medio, terminé en menos de uno. Y el público aplaudió. Y se oyó un "Bravo", de María, seguro. Y me fui por la siguiente cerveza. Contenta. A esperar a que pasara la segunda María. Y pasó. Y estábamos muy contentas.









Y se cerró el micro. con una cantautora muy joven, que pasaba también por primera vez, y cantó una composición suya sobre el miedo, al que también se sobreponía sobre el escenario, frente al piano.

Hubo una rifa. No hubo orgía, como se había prometido. Mucha gente se fue. Y entonces pasamos de las cervezas a las cubas, cubatas como les dicen por aquí. Yo hacía años que no me tomaba una y las que preparan en La Fídula están buenísimas. No sé cuántas bebí, porque se volvieron una suerte de bien comunitario que iba pasando de mano en mano. Y entonces Carlos convenció a uno de los cantautores que había participado, Rubén, de que me regalara su disco dedicado y lo hizo (lo escucho mientras esto escribo). Y otro cantautor muy joven, de Granada, se puso a cantar a Silvio (también acá los jóvenes lo conocen y lo cantan) y yo me puse a cantar ("Playa Girón", "Ojalá"...) Y todos bailamos. Platicamos. Nos conectamos.

Al filo de la una, les pedí a mis amigos colombianos (Majo y Raúl) que me acompañaran al metro (que cierra a la 1:30), pero María me convenció de quedarme y pedir un taxi más tarde. La otra María casi me convence de irme a dormir a su casa. Salimos para ir a otro sitio y caminamos por Madrid de muy noche. Con frío. Rico. Pero al final había que pagar para entrar y la segunda María prefirió irse a casa y yo también. Y me pidió un taxi. Y así me fui con Mohammed, escuchando música árabe, sin miedo, hasta que llegué. Al filo de las 3 de la mañana.

A veces pienso en una expresión que usaba mi abuela Rosa: "A la vejez, viruelas" y me siento súper afortunada de poder disfrutar lo que se me presenta en el camino con la gente maravillosa que me encuentro en el camino y de hacer amigas sin importar ni la edad ni nada más.

¡Que vivan, pues,las viruelas a los años que sea!


María, yo, María y Majo después del micro abierto

2 comentarios:

  1. Qué preciosidad de entrada, cosa lógica bien mirada, cuando sale de una persona tan bonita también. Fue una noche mágica, preludio de muchas que viviremos. Ya sabes, mi querida, la vida es hoy �� Y no hay viruelas que valgan: tenemos mucha suerte de disfrutar de tu valentía y espontaneidad. Mua!

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    1. Gracias, María, por estar, por ser, por pasarte por aquí, por platicar, por haber renunciado de inmediato al usted. Un beso grande para ti y a por las noches mágicas que nos faltan...

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