sábado, 18 de julio de 2020

en Barcelona 1


Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas.
Henry Miller

Pasan dos periquitos volando frente al balcón del piso donde vivo ahora. De fondo, otro edificio del mismo bloque. También mi ansiedad. Mi incertidumbre. Mi desasosiego.

Al borde de un nuevo confinamiento, hago una lista mental de los regalos que compré para mi gente del otro lado del mar: un oso (pequeño, estilizado) tallado en madera; una mascada con un estampado casi inverosímil; una libreta con un sueño de Goya; un marcador de libros con una mujer de Goya; un cuenco tallado en madera, con asas pequeñas, como surgido por sí solo de un árbol; una menina-imán de cerámica de alta temperatura.

Hace más de 10 días que debía haber llegado mi maleta.
(SEUR es una empresa como de décimo mundo.)
Ahora no necesito la ropa de invierno.
El disco duro externo es otra historia.

Me como una toronja (pomelo) deliciosa, mucho más dulce que las que conseguí en Madrid.
Me pregunto cómo será mi nueva manera de ver las cosas.
Espero que no peor que la que tenía.

Por la ventana del comedor y por el balcón entra el barullo de la gente que ha tomado las albercas (piscinas). Y detrás, las pelotas de tenis que rebotan en el piso.
Me relaja empezar a reconocer los sonidos de mi nuevo entorno.
Y me siento, también, en una realidad alterna.

Y así anochece en una ventana de la zona de Barcelona que está pegada a la montaña, del otro lado del mar:





2 comentarios:

  1. Seguro no tarda la maleta, y como un nuevo confinamiento??? Acá quiero ir retomando mis actividades pero nomas no se puede!!
    Abrazos fuertes

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    1. Pues así: aumento de contagios en Cataluña a nivel comunitario, "recomendación" de quedarse en casa, y quizá, confinamiento decretado nuevamente (a la gente tampoco le cae bien el veinte por acá). Lo de la maleta, veremos. Y, sí, retomar actividades suena como a otra vida... Abrazos fuertes de vuelta.

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