viernes, 17 de septiembre de 2021

Invitado: Dilgo Khyentse Rinpoché

 

Meditación


Cuando hacemos práctica de meditación, deberíamos sentirla tan natural como comer, respirar o defecar. No debería convertirse en un evento especializado o formal, hinchado de seriedad y solemnidad. Debemos darnos cuenta de que la meditación trasciende el esfuerzo , la práctica, los objetivos las metas y la dualidad de liberación y no liberación. La meditación siempre es ideal; no hay necesidad de corregir nada. Puesto que todo lo que surge es simplemente el juego de la mente como tal, no hay meditación insatisfactoria ni necesidad de juzgar los pensamientos como buenos o malos.

Por lo tanto, deberíamos simplemente sentarnos. Simplemente permanecer en nuestro propio lugar, en nuestra propia condición tal y como es. Olvidando las sensaciones conscientes de sí mismas, no tenemos que pensar: "Estoy meditando". Nuestra práctica debería ser sin esfuerzo, sin tensión, sin intentos de controlar o forzar y sin tratar de volvernos "tranquilos".

Si nos percatamos de que nos estamos perturbando de cualquiera de estas maneras, dejamos de meditar y simplemente descansamos o nos relajamos durante un rato. Después retomamos nuestra meditación. Si tenemos "experiencias interesantes", ya sea durante la meditación o después, debemos evitar convertirlas en algo especial. Pasar tiempo pensando sobre las experiencias es simplemente una distracción y un intento por volvernos poco naturales. Estas experiencias son simplemente signos de la práctica y deberían considerarse como eventos transitorios. No deberíamos intentar volver a experimentarlas porque hacer eso solo sirve para distorsionar la espontaneidad natural de la mente.

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En meditación, podemos ver a través de la ilusión del pasado, el presente y el futuro: nuestra experiencia se convierte en la continuidad del ahora. El pasado es solo un recuerdo poco confiable mantenido en el presente. El futuro es solo una proyección de nuestras concepciones presentes. El presente mismo se esfuma tan pronto como intentamos agarrarlo. Así que, ¿para qué molestarnos en intentar establecer una ilusión con una base sólida?

 Deberíamos liberarnos de nuestros recuerdos pasados y nuestras ideas preconcebidas sobre la meditación. Cada momento de meditación es completamente único y está lleno de potencialidad. En tales momentos, seremos incapaces de juzgar nuestra meditación en términos de una experiencia pasada, una teoría seca o una retórica hueca.

Simplemente zambullirnos directamente en la meditación en el momento ahora, con todo nuestro ser, libres de titubeo, aburrimiento o excitación, es iluminación.


Original en inglés y fuente, aquí. / Traducción al español, mía.


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