viernes, 5 de enero de 2024

n u b e s


En mis andanzas por el feisbuc, me encontré con una cita sobre las nubes (cuyo original y mi traducción incluyo aquí) de un tal Gavin Pretor-Pinney, conocido periodista británico, obsesionado con las nubes desde niño:


Beyond the clouds, the sun never stops shining.

Más allá de las nubes, el sol nunca deja de brillar.


No sé si lo mío con las nubes podría tacharse también de obsesión, pero el caso es que se aparecen bastante a menudo por el blog. Varias veces lo han hecho con su definición, que se ve que me encanta porque la he repetido (como aquíacá o acullá), y su papel particular en mi vida (el asombro de niña cuando descubrí que no estaban fijas, su manifestación en mi cuerpo tras una despedida, o su acompañamiento durante el confinamiento madrileño, por ejemplo). 

Todas las mañanas que salgo a caminar o las tardes que escribo en la mesa del comedor, me siguen acompañando, tras el amanecer o atardeciendo. Las de este invierno han sido especialmente espectaculares, o eso me ha parecido.

Aquí unos botones de muestra:









Quizás lo que más me atrae de las nubes es su constancia (casi siempre hay nubes en el cielo), su inconstancia (permanecen poco tiempo y van cambiando momento a momento, como todo, pero en ellas la enseñanza queda patentísima), y su capacidad para recordarnos que, no importa lo densas que puedan aparecer, detrás está el cielo azul, la naturaleza primordial, y la luminosidad del sol, aunque a veces se nos olvide.


2 comentarios:

  1. Me hiciste recordar cuando de niña me tiraba en el pasto de casa de mi abuela y veía sus formas !! Coincido contigo en que este invierno ha sido el cielo espectacular!!! Susy

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    1. Esa escena tuya merece un texto más largo 🌦⛈🌨 Un beso, amiga, qué bueno verte en persona y abrazarnos...

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