domingo, 15 de junio de 2014

.s.e.n.t.i.m.i.e.n.t.os..e.n.c.o.n.t.r.a.d.o.s.


No recuerdo si celebrábamos el día del padre cuando mi hermano y yo éramos chicos, quizá porque cuando él y yo decidimos abolir el día de la madre, ella accedió con la condición de qué hiciéramos lo mismo con el de nuestro progenitor. Creo que a mi papá no le importó demasiado, o no externó sus sentimientos al respecto, cual era su costumbre. Hoy ya no está aquí para preguntárselo ni para festejarlo y tampoco estoy muy segura de haber querido hacerlo, pero lo cierto es que hoy pienso en él (difícil no hacerlo con el bombardeo de imágenes alusivas a la celebración en internet).

Huelga decir que mi relación con mi padre no fue sencilla. De hecho, fue tan compleja que durante sus dos últimos años de vida no tuvimos comunicación alguna. Fui a su funeral, después de que mi tía, su hermana mayor, me avisara primero que estaba en el hospital y a continuación que no había sobrevivido el procedimiento al que fue sometido. O sea que nunca nos despedimos ni aclaramos lo que había sucedido entre nosotros.


San Agustín Acolman,  hacia 1974

Hoy, sin embargo, puedo recordar también el gran cariño y complicidad que nos unió, aun teñidos a veces de confusión y ambigüedad. (Ya en otro lugar, esta foto sirvió de inspiración para describir esa mezcla de sentimientos.) Entonces, yo tendría 11 años y él, 40. Visitábamos el templo y exconvento de San Agustín de Acolman, en cuyos jardines hicimos un picnic al regreso de Teotihuacán. Entre otras cosas, llevábamos tortilla de papa (de patata, diría mi abuela). Hoy no puedo prepararla sin pensar en él, que me enseñó a hacerla. Hoy me gustaría tener la oportunidad de decirle que, a pesar de todo, lo quise y lo quiero. Hoy me gustaría que supiera que he vuelto a ser feliz. Me encantaría que eso lo hiciera feliz a él también.

4 comentarios:

  1. Seguro que así es, honrarlo y agradecer la vida, con lo bueno y lo malo sana, lo integra en tí.
    Ya regresaste lo mas grande que recibiste abriendo tu corazón y diciendo SI al amor y con ello a la vida, que más podría él pedir!!! te abrazo

    ResponderBorrar
  2. ¡Estoy SEGURA de que él festeja tu felicidad, ... en donde quiera que esté!!!! De hecho, me ENCANTARÍA que platicara con el mío, para que me diga cómo se le hace para recuperar el amor y ser feliz, .....

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Qué bueno que te pasas por aquí, Claudia! Quizás el truco para recuperar el amor y ser feliz sea solo abrirse y confiar, soltando el exceso de equipaje... Un beso para ti.

      Borrar