martes, 20 de enero de 2015

La señora de los cigarros


—Pero lo que no se vale es darle patadas al pesebre. ¿Me oíste?
—Sí, tía.

Este es el diálogo que escuché cuando entré a la miscelánea de la esquina a media mañana de ayer. Desde hace unas semanas, casi todos los días, me tomo un receso del trabajo en curso, y camino unos cinco minutos para comprar un par de cigarros sueltos. (Son carísimos, si se hace la cuenta, pero es mi manera de controlar el vicio, más una dependencia emocional que química, que cuando no tengo nicotina, me las arreglo sin mucho problema para salir adelante.) Además, así entro en calor, disfruto del sol que sí calienta la calle, pero no los interiores, y establezco contacto humano sin que medie una pantalla.

La dueña de la tienda es una mujer menuda, baja de estatura y con un color de piel que parece ser una mezcla de tabaco seco y cenizas. Siempre está fumando o prendiendo un cigarro. Suele ir tapada con un suéter verde y vestida con pantalones (el interior de la tienda es frío). A la entrada, hay un perro criollo (eufemismo para callejero) con un collar rojo; nunca la faltan agua y croquetas. En general está echado al sol, pero cuando necesita refrescarse ocupa el espacio frente a la caja y los clientes tenemos que evitarlo para poder pagar. Menos mal que es simpático.

A primera vista, la señora (nunca he escuchado su nombre ni se lo he preguntado) parece bastante hosca. Tiene cara "de pocos amigos", digamos. Pero a fuerza de visitar su local casi diario y hacerle plática, ha ido mostrando su lado más suave. (Ahora me dice "doña" o "bonita".) Su tienda está abierta siempre, porque si no, "de qué vive": desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche y todos los días, feriados incluidos. Hay otros personajes que suelen andar por ahí, sus familiares o sus amistades, unos más sonrientes que otros.

Me encantó ver su lado de "tía" —cariñosa, preocupada y digna de confianza— y conocerla, así, un poco más. (Podría convertirse, seguro, en un buen personaje de relato.)

2 comentarios:

  1. Sí, un excelente personaje para un texto.....Cómo me gustaría que aquí el sol calentara afuera.....Hace mucho frío...

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    1. Pues te mando un abrazo con sol calientito de Cuerna (ya no tarda la primavera)...

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