viernes, 27 de febrero de 2015

Pequeño diálogo indirecto


Esto sucedió en algún momento del año pasado, quizá por teléfono, quizá por skype.

Ella le estaba contando a él alguna anécdota protagonizada por "su" hijo (el que ella tuvo con su marido, que luego fue exmarido). Él sabía que nunca podría jugar el papel de padre de ese joven, que estaba por llegar a la mayoría de edad. Si hubiera sido más chico las cosas habrían sido diferentes (pero eran como eran y los dos los sabían).

Ella decía "mi" hijo y entonces él declaró: "En la medida en que es tuyo, también es nuestro". A ella eso la emocionó mucho más allá de las palabras. Era una declaración más del amor que él le tenía. Quizá era la primera vez que alguien le declaraba su amor así. Ella le correspondía.

Hoy el muchacho ya cumplió los 18. Y ha vuelto a ser "suyo" (de ella nomás). Él renunció a esa (no) paternidad compartida, como renunció a tantas otras cosas, cuando decidió dejarla. Hoy a ella le duele aún que a ese "nuestro" se le haya caído la mitad. Y aunque sabe que el hijo estuvo siempre mucho más allá de ser una persona poseída (porque las personas nunca lo son en realidad), es la ausencia de esa complicidad la que todavía le saca alguna lágrima cuando se descuida.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Lo mismo me pregunto, Jessi... (y creo que tendré que soltar también la expectativa de encontrar respuesta). Such is life... (¡Gracias por visitarme!)

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