Increíble lo que a una puede ocurrírsele yendo al súper cuando participa en un grupo de fotografía: Ver los pimientos todos acomodaditos por colores, sacar la cámara porque parece una imagen interesante, acordarse de un próximo tema para el grupo, asegurarse de que no está el encargado de las verduras, desacomodar los pimientos para hacer la composición adecuada, y hacer un solo disparo, casi subrepticio, esperando que quede una buena imagen.
¡Divertidísimo!
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