jueves, 22 de septiembre de 2016

Pequeño diálogo en el cine


Estamos Santiago y yo en el mostrador de la dulcería del cine preparándonos para entrar a ver una peli más del ciclo francés. Yo vengo de cortarme el pelo y él no tuvo tiempo ni de comer antes de la función. Mientras él adereza su hot dog, yo guardo mi cambio y le digo al joven (sí, joven) que me atendió que si quiere llame a la siguiente persona, que no tardo en irme. Entonces él se me queda viendo, con una sonrisa franca:

—Me agrada su corte.

—Gracias —le digo más sorprendida que halagada—. Qué bueno que me lo dice (sí, creo que le contesté de usted, sabrá dios por qué). Vengo de hacérmelo.

—Le queda muy bien —me dice mientras sigue sonriendo.

—Pues me ha hecho usted la tarde. Gracias —le contesto, sonriendo también y de muy buen humor.

Mientras Santiago y yo vamos entrando a la sala, radiante le digo: "Me acaba de pasar algo genial" y le cuento mi conversación con el joven (sí, joven) que nos vendió las palomitas.

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