En Cuernavaca, el otoño es una explosión de flores amarillas, anaranjadas, rojas, blancas, lilas, que crecen silvestres en los estacionamientos o en los terrenos baldíos a los lados de las calles, preparándose para recibir a los muertos, que vienen ya en camino:
y mi favorita, la más espectacular: yo creía que solo crecía a orillas de la carretera y me la encontré en plena Subida a Chalma |
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