martes, 26 de diciembre de 2017

San Esteban


Yo oí hablar de este santo por Serrat y su mujer de cartón piedra que "de San Esteban a Navidades, entre saldos y novedades, hacía más tierna su acera" y nunca le di mayor importancia. Mucho tiempo después, entendí que la frase aludía a un lapso de doce meses (del 26 de diciembre de un año al 25 de diciembre del siguiente) y también que San Esteban (Sant Esteve, en catalán) es una festividad propia de Cataluña y Baleares, en España, y de la República Checa. Y que coincide con el Boxing Day británico, conocido también como Segundo Día de la Navidad en otros países europeos (como Alemania, Polonia, Holanda y Escandinavia).

Luego fui descubriendo más cosas (gracias a San Google, claro). Que la festividad tiene que ver con el pasado carolingio de Cataluña y el concepto de "familia" entendido más bien como "clan". (Esto, en la Edad Media, implicaba desplazamientos, largos y difíciles, para que la familia se reuniera para la celebración católica principal, la Navidad, en la casa solariega.) Que después de este día, hacía falta contar con otro más sin trabajo para poder volver a la propia casa. Y que como San Esteban fue el primer mártir, o protomártir, del cristianismo, o sea, el primero en derramar su sangre por la causa, se le celebra en la fecha más cercana al nacimiento de Jesús, o sea, al día siguiente.

También supe que en Cataluña suelen comerse canelones ese día. (No los he probado aún.) Incluso, hace unos años, llegué a hacer una cita (virtual) para el día de San Esteban, la cual, como tantas otras cosas, no sucedió.


Y ahora heme aquí, con mucha información sobre el dichoso santo, con la conciencia de una festividad que no es mía y con una continuada sensación de vacío y sinsentido.

Así la vida.
A veces.

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