martes, 14 de agosto de 2018

archi hallazgo (16)


Vamos de camino, mi comadre y yo, de Chimal a Cuautla a recoger a Santiago, que viene del DF.

Ella va manejando. Yo voy de copiloto, viendo el paisaje y sacando alguna foto.

De pronto, a nuestra izquierda, del otro lado de la carretera, en el carril de vuelta, el Buda. Enorme. Blanco. Precioso.

¡El Buda!, exclamo emocionada. Conmovida.

Imposible detenerse. De regreso, me dice mi comadre.

Llegamos por Santiago. Nos encaminamos hacia Chimal de nuevo. María Eugenia se pega a la derecha y no encontramos al Buda.

¿Me lo habré imaginado?, me pregunto. ¿Se habrá ido? ¿Se lo habrán llevado?

Había unos juegos infantiles, dice ella.

Y en el último puesto a borde de carretera antes del entronque con el camino hacia Yecapixtla,

el Buda


 

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