martes, 6 de agosto de 2019

p.a.r.e.i.d.o.l.i.a. .2


En el camino entre el consultorio y mi casa, me encuentro con estas flores rojas, parecidas a las bugambilias, de lejos, pero muy suyas, de cerca. Les hago varias fotos, claro, y escojo una para subir al feisbuc.




—Parece que hay un tiburón nadando en la flor c: —comenta Santiago, después de indicar que le encanta mi nueva foto de portada.

Me esfuerzo por encontrar el escualo, pero yo lo que veo es un ave planeando hacia el centro de la flor. Entonces cambio el enfoque y creo ver el pez. Lo confirmo con Santiago, que ha entrado a mi estudio. Y sí, el tiburón y el pájaro corresponden a la misma sombra y son un ejemplo de pareidolia, como explicaba acá: percepción errónea de un fenómeno (en general una imagen) como una forma reconocible. La cuestión no es grave, siempre y cuando no nos aferremos a esa percepción como una verdad incontrovertible.


Y para mí, lo mejor, sin duda, es el diálogo continuado con mi hijo,
quien muchas veces me anima a ver lo que no había visto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario