domingo, 1 de marzo de 2020

De periodismo y no ficción



estación en curva | columna
Tiempo de rebajas
No me hace falta, pero son solo 30 euritos
ADELA IGLESIAS
25 feb 2020 – 19:30 cet

Obviando la definición obvia, una de las especialidades de la rae, el vocablo «rebaja», tiene otras tres acepciones interesantes: Disminución, reducción o descuento, especialmente de los precios. / Venta de existencias a precios más bajos, durante un tiempo determinado. / Período de tiempo en que tienen lugar las rebajas. O sea que una «rebaja» es tanto una práctica comercial como una fecha en el calendario. Y a juzgar por la reacción de muchas personas (y la intención de todo comercio, grande, chico o mediano), una temporada imprescindible de gozo y satisfacción.
         Qué mejor plan de fin de semana que una ida a El Corte Inglés, el de Nuevos Ministerios, por ejemplo, que es descomunal y tiene todo de todo. Hay que aprovechar estos días antes de que se acaben las rebajas. Porque, horror de horrores, no olvidemos que tienen fecha de caducidad y está a punto de cumplirse. Ahora es el momento para adquirir una sartén que pueda llevarse a la mesa cuando tengamos visitas. Con los cacharros de siempre (en perfecto estado, dicho sea de paso), nos moriríamos de la vergüenza. ¿Por qué no cambiar el ordenador que ya lleva ocho años con nosotros? Es cierto que podríamos simplemente cambiar el disco duro y quedaría como nuevo. Pero ¿y si la reparación no queda bien? ¿Y si resulta más cara que uno nuevo? ¿Y si perdemos el chance de adquirir uno en rebaja?
         Aprovechar las rebajas tampoco está peleado con pasear al aire libre, si somos de aquellos a quienes los sitios cerrados nos resultan inquietantes. Tenemos a nuestra disposición el centro entero de Madrid tapizado con los porcentajes de rebajas que tan generosamente se ofrecen en todo tipo de mercancías, en particular ropa y calzado. Última oportunidad antes de que los productos de la nueva temporada invadan los escaparates, que el verano ya está a la vuelta de la esquina.
No es coincidencia que se llame precisamente «oportunidades» a la sección en un comercio donde se ofrecen los artículos en rebaja. Ni tampoco lo es que, junto a ellos, encontremos los nuevos artículos, cien por ciento apetecibles y a precios exorbitantes. Hay que tener cuidado y no caer en la trampa de despreciar lo rebajado y desear lo novedoso. O también podemos vencer la tentación sucumbiendo por completo a ella. ¿Por qué no?
         Antes de que el invierno se acabe de ir, siempre podemos adquirir una nueva prenda de abrigo, una chupa ligera, negra, ideal para la transición a la primavera, que en El Danubio Azul, La Moda de la mujer de hoy, podremos conseguir por escasos 30 euros y, así, ofrecerles compañía a las once mil trencas, abrigos, cazadoras, chupas, sacos, capas, chaquetas que a duras penas caben en nuestro armario. Y es que la palabra «rebajas» tendría que tener una acepción más: Truco psicológico mediante el cual un sistema de consumo nos convence de que necesitamos, como el aire que respiramos, un sinfín de productos sin los cuales nuestra vida seguirá siendo un páramo sin sentido. Si la honestidad no fuera un enemigo intrínseco de este sistema, quizá podría incluirse, como en las cajetillas de tabaco, una advertencia: «El consumo de este producto no asegura que usted encuentre el sentido de su vida» o «El efecto secundario de consumir este producto puede ser una inmediata e intolerable sensación de vacío».
         Corramos, pues, a Callao o a Fuencarral antes de que se nos acabe la temporada o de que alguien nos aventaje y se lleve los mejores productos.

2 comentarios:

  1. Buena compra ����️������

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    1. No se ven tus emoticones, amiga... porque supongo que lo que aparece como signos de interrogación son emoticones, ¿no?

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