lunes, 23 de marzo de 2020

¿Hacer o no hacer la cama?


Yo me encerré casi una semana antes de que se decretara la alarma porque estaba enferma. Los primeros dos o tres días, ni siquiera me planteé tender la cama. No tenía energía casi ni para cambiar de sitio. El tercer o cuarto día, cuando amanecí, si no bien, sí en franca mejoría, lo primero que hice fue la cama: Quité almohadas, cojines, y muñecos. Estiré bien las sábanas. Acomodé la cobija y, para finalizar, puse la colcha, envolviendo la almohada y encima, los cojines y los muñecos. Creo que al día siguiente, me di el primer baño en varios días y, entonces, deshice la cama por completo, para cambiar sábanas. (Mi anfitriona no me perdonaría el ritual quincenal reglamentario.) Eso, sí, dejé que la cama se oreara todo el día y no la tendí sino hasta casi la hora de dormir.

Pero al día siguiente, a medida que progresaba el estado de mejoría, decidí dejar de hacerla. Vamos a ver. No la dejo como queda cuando recién me levanto. Sí que estiro un poco las sábanas y acomodo la cobija, pero no pongo la colcha. Esta la levanto del piso, donde pasa la noche, y la doblo a los pies de la cama. Pongo la almohada vertical, enfrente dos cojines, arriba uno pequeño que uso entre las rodillas, y hasta adelante, Peludín, miniIgor y miniTrapos, a quienes cubro apenas con el borde del embozo de la sábana.

Me rehúso a tender la cama como si no pasara nada. Como si no estuviéramos encerrados. Como si no hubiera una pandemia en la Tierra. Como si no muriera gente. Como si no quisiera estar con mi gente del otro lado del mar. La acomodo, sí, pero la nueva configuración es mi manera de dejar constancia de que estamos en una situación extraordinaria y tan incierta que no sabemos cuándo acabará. (Acabará porque todo acaba, eso sí, aunque no sepamos ni cómo ni cuándo.)

Ojalá pronto pueda volver a hacer la cama como dios manda. (Y menos mal que a mi anfitriona no se le ha ocurrido comentar nada al respecto porque íbamos a tener un desencuentro y hasta ahora hemos surfeado la convivencia con bastante gracia.)

montando guardia

2 comentarios:

  1. A donde andas Adela? Hacer la cama en tiempos del Coronavirus, se siente absurdo. Pero a veces toma poco encontrar la libertad. Ayer, después de estar encerrada desde hace 12 días, cambié las sábanas y me sentí más libre.
    Suerte y cuidadito con el bicho!
    Shuli desde Jerusalén

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    1. Estoy en Madrid, Shula, desde hace 5 meses. Es súper interesante cómo va encontrando uno sentido a la vida desde el sinsentido. En los rituales y sus variantes. En los pájaros que cruzan el cielo. En los árboles que reverdecen. Suerte para ti también. ¡Cuídate mucho! Un abrazote.

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