miércoles, 27 de diciembre de 2023

a.Dios




Ya solo me queda esto de ti: unas cuantas ondas cafés en un mar blanco, como la nieve, y menos de la mitad de la última botellita de miel de maple.

Ya solo me queda esto de ti y unos trozos de servilleta con forma de corazón, mezclados con pétalos y hojas de mi balcón y tus buenos deseos para este año que hoy se acaba. Han vivido estos doce meses en una lata de atún que traías para las emergencias. Nos lo comimos juntas el día que te fuiste. Y no nos volvimos a ver. Aún no me deshago de ellos.

Ya solo me queda esto de ti y la noticia, robada, de que te irás a vivir más allá del mar. Intento imaginármelo y no lo consigo.

Ya solo me queda esto de ti: el primer desayuno en el centro y el cuarto al pie de la montaña sagrada. Te sigo soltando, como un reloj que desgrana las horas lentamente y luego se olvida de ellas.

Ya solo me queda esto de ti: una violeta que florea por segunda vez y que nada tiene que ver contigo.
 


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